El sábado 27 de Noviembre de 2010 el presidente del gobierno convocó a los 39 principales empresarios de este país; de esos 39 acudieron 37. Los empresarios convocados representan el 40% del PIB español y emplean a casi un millón de trabajadores (según los datos de la última encuesta de población activa, correspondiente al último trimestre de 2010, en España trabajan 18.408.200 personas, por lo que ese millón de empleos apenas representa un 5,4% del total). Dos meses después de esa reunión el gobierno presenta una reforma del sistema de pensiones.
De todos estos datos me llaman la atención tres números: 39, 40% y un millón (demasiadas pocas personas para tanto PIB y demasiados pocos empleos generados para tanto PIB). Sin embargo ese 40% es la clave, la llave que permite a estas 37 personas, que no han sido elegidas por ningún ciudadano y que por tanto no representan a ninguno de nosotros, no sólo reunirse con el presidente sino además exigirle reformas firmes e inmediatas en asuntos de interés general, como puede ser el sistema de pensiones (esta escena nos podría servir como ejemplo claro y sencillo de lo que es el capitalismo hoy en día).
A pesar de que se oigan voces (eso sí, escasas) críticas con la justificación dada por el gobierno para llevar a cabo dicha reforma (el desequilibrio demográfico ha sido la razón que se ha tomado como tal) y que dichas voces afirmen que la economía es la que realmente determina si el sistema es viable o no, Zapatero, como dijo Angela Merkel en su última visita a España, ha hecho los deberes y además los ha hecho bien, ya que ha conseguido que los bancos vean incrementados sus ingresos a través de los nuevos fondos de pensiones que se contratarán a partir de este momento; ha conseguido, de nuevo y en cuestión de ocho meses, reducir los derechos adquiridos durante años; y ha conseguido, por supuesto de manera momentánea, silenciar a los "mercados" y a estos 37 ciudadanos privilegiados de este país.
lunes, 7 de febrero de 2011
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