miércoles, 28 de febrero de 2007

Una vida plena

Imaginemos una mujer mayor (87 años). Imaginemos que esa mujer ingresa por primera vez en un hospital, después de haber vivido como ha querido, de haber disfrutado, de haber elegido... Imaginemos que esa mujer se enfrenta a la muerte con voz clara y rotunda: "No tengo miedo a la muerte. He disfrutado de mi vida y me voy satisfecha." Mientras, yo la escucho en silencio, y me invade un sentimiento extraño: ¿Gritaré con esa convicción cuando me toque a mí? No lo sé. De momento, sigo caminando; ya se sabe: "caminante, no hay camino, / se hace camino al andar".

martes, 27 de febrero de 2007

¡Bendita rutina!

¡Cuántas veces nos quejamos de esa "maldita rutina" que nos hace sentir que los días se repiten, llenando nuestra vida de horarios fijos, de itinerarios que no varían y de ojos que nos miran, día tras día, sin encontrar descanso! Pues bien, cuando de pronto la vida se para y cambia de dirección, y nos da un golpe sin esperarlo, poniéndonos la cara del revés; cuando de pronto esos horarios fijos cambian y el itinerario también, y los ojos que te miran, día tras día, ya no son los mismos... Cuando eso ocurre, las palabras también se quiebran y, como en un trabalenguas, que casi no se atreve a salir de tu boca, gritas en silencio: ¡bendita rutina! añorando esos días que tantas veces te han parecido auténticas fotocopias.