domingo, 21 de diciembre de 2008

Escenas: Zapatos

Primero uno y luego otro (los zapatos). El uno que se levanta. El otro que está de pie. El uno con cara de rabia, impotencia. Indignado. El otro hablando (desde su tribuna). El uno que se lo quita y lo lanza (el zapato). El otro que lo esquiva y sonríe. El uno que se lo quita y lo lanza también (el otro; el zapato). Y el otro, con su sonrisa, también lo esquiva.
A uno le detienen. El otro, allí, con su cara (de tonto) y su sonrisa.

(Un periodista iraquí lanza sus zapatos al presidente saliente de Estados Unidos, George W. Bush, reelegido por dos veces consecutivas (a pesar de todo; a pesar de él), durante su última visita a su desaguisado particular iraquí.
En el mundo árabe esta escena representa un desprecio absoluto hacia el otro. Desde mi mirada de occidental la escena fue ridícula, patética y muy simbólica: una buena despedida para tanto trabajo mal hecho.)

domingo, 7 de diciembre de 2008

G-20

Aunque en la última reunión del pasado mes de noviembre fueron 22, ya que España y Holanda consiguieron entrar dentro de ese grupo selecto de todopoderosos, la esencia es la misma. Se comportan como si fueran los elegidos, que analizan, sacan conclusiones y deciden. Y esas decisiones se aplican porque sí, porque tienen esa potestad.
En muchas ocasiones, y ésta es una de ellas, echo de menos una ONU de verdad. Hace ya varios años conocí a una mujer rusa, ya anciana, que trabajó de traductora en la ONU desde su creación. No olvidaré la ilusión con la que hablaba de aquellos comienzos y de cómo esa ilusión embargaba también a muchos que habían salido ilesos, como ella, de tres guerras: la 1ª guerra mundial, la guerra civil española y la 2ª guerra mundial. De cómo esa ilusión se adueñaba de muchos habitantes del planeta, soñando con una utopía referente a la paz mundial y a la solidaridad entre los distintos habitantes del planeta.
Estas palabras ahora nos pueden parecer ingenuas, pero ella era sincera cuando hablaba de aquellas emociones. 63 años después de su creación, esa ilusión nos parece ridícula. La ONU sigue siendo un sucedáneo de lo que debería o podría ser, ya que se quedó a medio camino de sus mejores intenciones. O quizá represente la limitación del ser humano para unirse con el prójimo. Quizá tan sólo sea eso, una utopía.
Mientras tanto se han creado otros grupos de menor calibre en cuanto al número de países implicados (el G-20 o el G-8), pero no en cuanto a la importancia de las decisiones que allí se toman.
En este momento de crisis del sistema financiero actual, ¿quién mejor que ese grupo selecto de países para decidir por todos los demás? ¿Por qué pedir un consenso a nivel mundial, con lo difícil que es eso, si tan sólo unos pocos pueden decidir por el resto?
Si esta forma de actuar la aplicáramos a otros aspectos de nuestra vida nos rasgaríamos las vestiduras. ¿Podríamos imaginar que sólo existiera derecho al voto para aquellos ciudadanos con un nivel de renta superior a la media? ¿O si en una clase de secundaria sólo pudieran elegir delegado aquellos alumnos que tuvieran un expediente superior a la media? Pues bien, así es como creo que se decide a nivel mundial.
Nosotros, en cambio, no tenemos por qué preocuparnos. Podemos estar tranquilos. Nuestro presidente, al menos esta vez, ha conseguido meterse en ese grupo selecto, teniendo así derecho a opinar y a convertirse en un elegido más...

domingo, 23 de noviembre de 2008

Recomendamos: Nápoles y Gomorra

La primera y única vez que visité Nápoles tuve una sensación extraña, que no he vuelto a tener en otro lugar. Evidentemente aún no había visto la reciente película Gomorra, que muestra con un realismo estremecedor la vida cotidiana de muchos de sus habitantes, por lo que mis prejuicios sobre esa ciudad eran casi inexistentes.
Visité Nápoles en verano, siguiendo un viaje en ruta por carretera que me llevó del norte al sur del país. Roma es el límite; a partir de ahí se empiezan a notar algunos cambios y según se va descendiendo, las diferencias entre el norte y el sur son de tal calibre que llegan a resultar ofensivas, aun siendo un mero turista.
En Nápoles y sus alrededores las bolsas de basura invaden parte de las aceras y calzadas, y los edificios públicos, tales como institutos o colegios, muestran tal estado de abandono que provocan desolación. Debido a que perteneció a España, el centro de la ciudad recuerda en muchos de sus edificios a la arquitectura de los siglos XVI y XVII de Madrid. Durante el día, al menos en verano, la vida hierve en sus calles. A los napolitanos les encantan los puestos de venta callejeros, provocando un continuo ir y venir de colores, voces y escenas variopintas, que tienen como escenario la calle. A pesar de su mala fama no sufrimos ningún robo (basta con pasear con la misma alerta con la que se hace en Madrid para librarte de un buen susto). Pero durante la noche todo cambia. Como si de repente existiera un toque de queda inaudible, todo ese bullicio desaparece. Y como si se trataran de ratones escondiéndose en su agujero, esos colores, voces y gentes desaparecen de pronto. Las calles se quedan vacías y, a pesar de venir de una ciudad como Madrid, se comienza a tener un sentimiento de inseguridad bastante palpable. Sin embargo, esa sensación de la que hablaba al principio del artículo no comenzó durante esas horas del crepúsculo; esa sensación comenzó antes.
Desde el primer contacto con sus calles me invadió un sentimiento de lástima. En cada nuevo rincón tenía la sensación de que esa ciudad estaba enfangada, atrapada en una invisible pero irrompible maraña que no la dejaba escapar ni despegar. Coincidí en el tren que recorre parte de la ciudad con algunos estudiantes universitarios que provocaron en mí, de nuevo, ese sentimiento. Sentía lástima por ellos, de los que suponía que deseaban escapar de dicha red pegajosa, como si se trataran de polillas pegadas a una tela de araña. Esa sensación, como ya he dicho antes, no la he tenido en otro lugar.
La película italiana Gomorra, recientemente estrenada, nos muestra la existencia de ese entramado y cómo el día a día en esa ciudad no se parece en nada al de cualquier otra perteneciente a lo que llamamos mundo civilizado. Los actores, el movimiento de cámara y los escenarios son tan de verdad que tienes la sensación de ser testigo de unas escenas nada ficticias, que podían haber sido grabadas paseando con una cámara al hombro.
Vivimos en una época llena de eufemismos (hablamos de crisis humanitaria en el Congo para hablar de centenares de miles de muertos; de daños colaterales para hablar de las muertes de civiles en cualquier guerra; y de conflicto bélico para hablar de guerras...), pues bien, en Gomorra ese disfraz hipócrita en el que estamos inmersos desaparece y esa realidad desnuda se muestra ante nuestros ojos sin edulcorar, sin vestirse de gala.
En Nápoles la Camorra controla sectores de la sociedad no solamente ilegales, como la venta de droga, sino sectores aparentemente legales, como pueden ser el sector textil, incluyendo la alta costura, o el sector de recogida y tratamiento de residuos, incluyendo los altamente tóxicos, pero las actividades correspondientes a esos sectores se llevan a cabo de manera totalmente ilegal. Y en ambos casos, la parte norte y rica del país se aprovecha de ese fango que atrapa a esa ciudad para esconder toda la mierda que allí se genera, tanto en sentido literal como metafórico.
En muchas películas que, cinematográficamente hablando, tienen más calidad que ésta, el crimen organizado se nos ha mostrado como si estuviera de nuestra parte, del lado de los buenos. En ésta no. El escritor de la novela en la cual está basada la película, con apenas 29 años, está amenazado de muerte y tiene que vivir protegido por varios policías durante las 24 horas de cada día.

Nunca olvidaré esa extraña sensación que me provocó esa bella pero inquietante ciudad, esa sensación que te hace pensar lo afortunado que eres de estar de paso, de no formar parte permanente de ese bullicio de colores y voces que envuelven las calles durante el día, ni de ese silencio escalofriante que inunda esas mismas calles de noche.
Ambas son recomendables, la ciudad y la película, y que cada uno saque sus propias conclusiones.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Si Rosa Parks levantase la cabeza...

...se moriría de alegría.
En 1955 una mujer negra, Rosa Parks, no se levantó del asiento del autobús en el que viajaba. Según la ley vigente en Alabama, al sur de Estados Unidos, las personas negras debían ceder el asiento en la zona del autobús reservada a la población blanca. Este hecho desencadenó la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, liderada a continuación por Martin Luther King. Cincuenta y tres años después un hombre negro va a gobernar ese mismo país.
Ese país que es capaz de lo mejor y de lo peor, esta vez nos ha sorprendido a todos y nos ha dado una buena noticia.
Aún no sabemos si el contenido de los discursos emitidos por Obama durante la larga campaña electoral se materializará o se quedará en el olvido (poner en práctica el diálogo y la diplomacia con eternos enemigos, como Rusia o Irán; universalizar la sanidad en un país donde este derecho no existe como tal; o buscar una solución para Palestina); aún tendremos que esperar, pero lo que sí sabemos es que estamos viviendo un momento histórico.
Con frecuencia determinadas expresiones, debido a su uso fácil y a veces indebido, pierden su significado original, pero esta vez considero que es la expresión adecuada. O al menos así lo siento yo, que el de hoy es un momento histórico.

lunes, 27 de octubre de 2008

Recomendamos: Ron Lalá

Un nuevo cóctel (aunque no tan nuevo; surgió en 1996). Ingredientes: humor, teatro y música en directo. En su justa medida. De manera que deja tan buen sabor de boca, que deseas probar más.
Este grupo de actores, músicos, compositores, cantantes y escritores, y además jóvenes, desbordan talento por los cuatro costados. La inteligencia y el ingenio de los textos no pasan desapercibidos, así como su humor desbordante. Los ritmos se suceden a lo largo del espectáculo: rumba, samba, tango y bulerías, entre otros. Y todo ello sin derrochar en medios, sin apabullar. Tan sólo su talento.
Su nuevo espectáculo, Mundo y final, se puede ver aún en el teatro Alfil (Madrid) hasta el 9 de Noviembre. Muy recomendable.

domingo, 19 de octubre de 2008

Nacionalizando y privatizando

No es fácil que situaciones opuestas convivan en tiempo y espacio. El tiempo: año 2008. El espacio: países del "primer mundo".
Los dos países adalid de este sistema capitalista que nos invade, Estados Unidos y Gran Bretaña, nacionalizan empresas y bancos (¡quién lo iba a decir...!), mientras que en España la Comunidad de Madrid privatiza ese sistema sanitario público que tanto esfuerzo y dinero ha necesitado (algo impesable hace unos años; ¡quién lo iba a decir también...!), además de querer privatizar uno de los pocos servicios públicos que aún queda en esta Comunidad: la gestión y distribución del agua (el Canal de Isabel II).
Lo siento, pero no me cuadra. Y me da que pensar.

sábado, 4 de octubre de 2008

Madrid y deporte

Soy fan de los Juegos Olímpicos y como tal, cada cuatro años, espero impaciente esas dos semanas de deporte intensivo. Durante esos días me siento más horas frente al televisor que en los tres años anteriores (de verdad que no exagero...).
Después de esta pequeña confesión, supongo que será fácil adivinar mi gran ilusión por vivir en vivo y directo ese Madrid olímpico 2016, y mi gran decepción por esa decisión (como poco sorprendente) del Comité Olímpico Internacional de elegir a Londres como sede para los próximos juegos del 2012.
Ahora ya todos sabemos que aparte de esas escenas maravillosas de deporte que se viven durante esos días, la organización de unos Juegos Olímpicos supone, ante todo, un extraordinario negocio, tanto para la ciudad como para el país organizador, de ahí esas disputas cada vez más intensas. Pero incluso asumiendo esa parte de negocio, exijo cierta coherencia. Me explico.
Hace unas semanas paseé por uno de esos grandes y nuevos barrios de la periferia de Madrid: el ensanche de Vallecas, que en un futuro pretende dar cobijo a 80.000 ciudadanos. Se trata de un terreno extenso y plano, a partir del cual se ha creado y planificado un nuevo espacio habitable. En él se observa una distribución moderna y ordenada del terreno, nada que ver con el resto de la ciudad, donde las grandes avenidas reparten a un lado y a otro esas casas nuevas que encierran piscina y pista de pádel. Y por supuesto el gran centro comercial. Ikea, Alcampo... En esas grandes avenidas, muy cómodas para el paseo, los árboles aún jóvenes crecen a ambos lados y una hilera de bancos te permite descansar y sentarte bajo esa sombra incipiente. Y no sé por qué, pero en ese momento asocié ideas. En ese barrio nuevo, extenso y moderno tampoco hay espacio para el deporte. No hablo de polideportivos, que tampoco vi. Hablo de espacios de la calle destinados al deporte. No vi nada. Ni canastas, ni porterías, ni carril bici... Nada. Solo bancos, pequeños árboles y aceras. Enormes aceras...
Quien viva en Madrid y haya intentado practicar algún deporte distinto del footing, habrá tenido que aplicarse para materializar sus intenciones. Largas colas y grandes madrugones para conseguir una plaza en las pocas piscinas municipales que existen en la ciudad, codazos y estrés en esas calles acuáticas que en hora punta pueden albergar a diez nadadores. Adolescentes que, en muchos barrios, para poder jugar al baloncesto o al fútbol tienen como única opción las instalaciones deportivas de los institutos en los que estudian, siempre y cuando tengan la suerte de que esos centros abran sus puertas también por la tarde. Y todo esto aderezado con el discurso saludable y políticamente correcto de llevar una vida sana practicando de manera habitual algún deporte, discurso procedente de las mismas instituciones que ignoran este tema en su política presupuestaria . Y el ciudadano, dispuesto a poner en práctica ese discurso, debe, literalmente, buscarse la vida, dedicando a ello un gran esfuerzo.
¿Resulta coherente que una ciudad que ignora la práctica de deporte por parte de sus ciudadanos, carencia que se mantiene incluso en los barrios de nueva creación, invierta tanto tiempo y dinero en la celebración de unos Juegos Olímpicos?
Ya sé que la coherencia está en desuso y que no está de moda, pero a veces soy una persona muy clásica, por eso en este tema exigo también algo de coherencia.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Heridas del pasado

El juez Garzón ha propuesto elaborar un censo de personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco, personas cuyos restos aún están perdidos en algún rincón de este país. Ha habido comentarios en contra, como el de Rajoy: "No es bueno abrir las heridas del pasado".
Como cualquier otro tema, la propuesta del juez se puede analizar desde distintos puntos de vista y, efectivamente, desde un punto de vista histórico quizá podamos decir que ya está bien de seguir hablando de esa etapa ya lejana de nuestro pasado y que quizá no sea bueno seguir haciéndolo, pero mi punto de vista es otro y de nuevo me planteo la cuestión que ya traté en el artículo del día 22 de agosto ("Deshumanizados"): los sentimientos forman parte de esos caracteres que nos definen como humanos y no deberíamos desprendernos tan fácilmente de ellos.
Si concretamos la propuesta, estamos hablando de unos familiares que desean cubrir un hueco en su pasado. Abrazar unos huesos, darles un nombre y continuar con un rito acorde a sus sentimientos: esparcir unas cenizas, guardarlas o enterrar esos restos en un lugar elegido por ellos. Nadie está clamando venganza ni exigiendo posibles represalias, tan sólo quieren cerrar el círculo o, retomando las palabras de Rajoy, cerrar una herida.
Cada uno vive la muerte de una manera personal y muchos de nosotros nos sorprenderíamos de cómo podríamos reaccionar ante la muerte de un ser querido. Considero que el simbolismo también forma parte de esos caracteres que nos definen. Pues bien, lo que quieren hacer estas personas, hijos, hermanos o nietos, es ante todo algo simbólico. Asociar esos huesos a una tierra que significa algo para ellos o para el ser que han perdido, asociarlos a un mar o al rincón de una casa.
Desde mi punto de vista esas personas tienen derecho a vivir ese momento, porque a diferencia de lo que dijo Rajoy, la herida aún sigue abierta.

sábado, 6 de septiembre de 2008

"Acabar con el monopolio"

Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha declarado que se debe acabar con el monopolio de los servicios públicos, es decir, la educación, la sanidad y la asistencia social; según ella, no se puede permitir que en estos casos exista un monopolio de lo público.
Hace seis años aprobé una oposición. Como funcionaria tuve la opción de elegir para mi asistencia sanitaria entre la Seguridad Social y varias entidades privadas; elegí la primera opción porque quería la sanidad pública. Mis razones tenía.
Ayer acudí al centro de especialidades que me corresponde, el de la calle Pontones, junto a la Puerta de Toledo, y recibí una sorpresa indignante. De momento, y por un periodo de tiempo muy corto, solamente las tres primeras plantas siguen siendo de carácter público; el resto es privado. La multinacional sueca Capio ha firmado un contrato de diez años con la Consejería de Sanidad para que se encargue de toda la gestión del antiguo centro de especialidades (se trata de la misma empresa que ha firmado un contrato de treinta años con la Consejería para gestionar el reciente hospital de Valdemoro y la que se encarga de la antigua Fundación Jiménez Díaz, ya que ésta ha dejado de ser fundación). Para dar comienzo a este contrato, la Consejería ha ido repartiendo en diferentes centros y hospitales a todo el personal sanitario que trabajaba en este centro, es decir, se ha llevado a cabo un traslado forzoso de los trabajadores. A cambio, la nueva empresa ha contratado a muchos médicos aún residentes para ponerles al frente de las nuevas consultas, y los enfermeros y enfermeras han sido sustituidos por auxiliares de enfermería. Las razones: el beneficio económico.
Hace seis años puse una cruz en la casilla de la Seguridad Social porque no quería que los beneficios económicos se interpusieran entre mis posibles problemas de salud. No me importa que haya televisiones en los pasillos para hacerme más grata la espera ni que las paredes estén recién pintadas, si en la consulta tengo a un médico que aún no ha terminado su formación y está trabajando más horas de las que debiera, ya que estos médicos ya se están quejando del exceso de trabajo al cual están sometidos.
Éste ha sido el comienzo. De momento dos centros de especialidades han sido privatizados, éste y el de Quintana, pero no serán los únicos. Y parece ser que el siguiente paso será hacer lo mismo con el último eslabón de la cadena: los centros de salud.
Los trabajadores no sabían nada de esto, les pilló de sorpresa (como a nosotros, los pacientes). El antiguo consejero de Sanidad, el señor Lamela, firmó este contrato con la empresa Capio en el año 2006, durante la anterior legislatura. En la campaña electoral del año 2007 no se hizo mención alguna a estos hechos ya consumados. En el 2008 estos hechos han visto la luz.
En las plantas del edificio que aún pertenecen a la sanidad pública, que en este momento albergan los servicios de salud mental de Carabanchel, ya que su centro también ha sido desmantelado, los carteles de protesta ante la nueva situación cubren las viejas paredes (esas paredes que aún no se han pintado con los colores de moda, como ha ocurrido con las dos últimas plantas). Pues bien, esos carteles desaparecen cada día, así como la pancarta que han puesto los antiguos trabajadores en la fachada del edificio, que desaparece cada noche (parece ser que estar informado no es bueno para el poder y eso recuerda a épocas pasadas).
Insisto de nuevo en la elección que hice hace seis años, porque de pronto me he visto obligada, y sin opción alguna, a recibir una sanidad privada; tan sólo porque he tenido la buena o la mala suerte de vivir en una calle a la que le corresponde el centro anteriormente mencionado y porque la mujer que gobierna nuestra región quiere acabar con el monopolio de lo público (y recuerdo que esto último lo ha dicho ella, no yo, por muy indignada que esté).

viernes, 22 de agosto de 2008

Deshumanizados

Se trata de una peculiaridad más de esta época que nos ha tocado: vivir deshumanizados; perder características humanas, especialmente los sentimientos. Y tenemos un ejemplo cercano.
Los juegos olímpicos, a pesar de su espíritu, no forman una isla en sí mismos. La vida continúa a su alrededor; y así debe ser. Por ello se han vivido dos tragedias coincidentes con esta gran fiesta deportiva.
Georgia quiso mostrar su dolor durante los juegos por los muertos que provocó el bombardeo cruzado entre georgianos y rusos, sobre todo el de estos últimos. El Comité olímpico internacional le prohibió a este país cualquier tipo de expresión pública y oficial de dolor.
La misma situación se vivió unos días después debido al grave accidente aéreo que ocurrió en Madrid. Prohibida también cualquier tipo de manifestación de dolor dentro del recinto de los juegos; se prohibía la bandera a media asta, los crespones y los brazaletes negros. La razón: si no se consintió en el caso de Georgia en éste tampoco; son las normas, normas que sin ninguna duda deberían cuestionarse, ya que han demostrado no dar cabida a los sentimientos, en este caso sentimientos de dolor, característica que nos define como seres humanos.
Éste no es sino un ejemplo más de la cultura en la que estamos inmersos: intentamos anular los sentimientos o prohibimos que se muestren públicamente, pero a la vez hacemos negocio de ellos, porque siguen estando ahí. El show mediático de cualquier tragedia tarda días en alcanzar su punto y final, el morbo parece no tener límites, pero en cambio ahí no hay normas. Vivimos en una cultura en la que el sufrimiento, la muerte, la enfermedad, la vejez, la soledad, se esconden públicamente; vivimos de espaldas a estas realidades que nos definen y forman parte de nosotros mismos. Nuestra cultura, sin embargo, prima la juventud, la belleza (aunque sea artificial), la risa, la diversión, características que, por supuesto, también nos definen, pero que como todo tienen su antónimo.
Esta deshumanización es incompatible con el espíritu olímpico, pero lo peor de todo es que se puede convertir en una dinámica peligrosa, ya que corremos el riesgo de que poco a poco nos acostumbremos a vivir en un mundo de color de rosa, olvidando que la vida, muchas veces, se puede teñir de negro.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Espíritu olímpico

Cada cuatro años se viven escenas únicas e irrepetibles, escenas difíciles de ver en otras competiciones deportivas. Es el espíritu olímpico, ése del que tanto se habla, pero que forma parte de ese grupo selecto de verdades que existen por sí mismas, que no son un invento ni un producto de la publicidad.
Dos de los deportistas españoles mejor pagados, Rafa Nadal y Pau Gasol, han compartido durante estos juegos pasillo, comida y sala de descanso; sus habitaciones en la villa olímpica de Pekín estaban ubicadas una enfrente de la otra. Y lo que es más importante, han compartido espacio y tiempo con otros muchos deportistas que son casi anónimos y que no disfrutan de la fama y los privilegios de aquellos dos. Han abandonado los hoteles de cinco estrellas y han vivido como uno más. Es la democracia del deporte.
En pleno bombardeo ruso a Georgia, una deportista rusa abraza emocionada a su contrincante georgiana en lo alto del pódium.
Bolt, el hombre bala, da prioridad a su título olímpico, a su medalla de oro, frente al récord del mundo de 100 metros lisos. Y como si ese detalle no fuera importante, disfruta de los últimos metros de su victoria levantando los brazos y dejándose llevar. Aun así, también llega a sus pies el récord mundial.
El medallero muestra el número total de medallas. Cada una de ellas se va sumando a las anteriores. No importa de dónde venga. Ninguna vale más que otra. De nuevo se vive la democracia del deporte.
Abrazos, felicitaciones, lágrimas, besos, sonrisas... El espíritu olímpico existe. No es una falacia. Basta con asomarse a esas imágenes que nos llegan vía satélite y comprobarlo.

viernes, 8 de agosto de 2008

Escenas: Cine de verano

Los murciélagos, tan inquietos, revolotean junto a la luz. Y sus sombras, también inquietas, se posan sobre los ojos azules de Scarlett o la nariz rota de Bardem. Sí está permitido comer; y beber. Y también traer contigo esa comida o bebida. La Coca-Cola de dos litros sobre la mesa de plástico, y alrededor de esa mesa las sillas (también de plástico). Luego se apagan las luces. No hay oscuridad. Si levantas tus ojos, verás alguna estrella. Y de la luna qué decir: depende del día. Ella, tan caprichosa. En agosto sigue habiendo coches, pero menos y más tranquilos. Y ese ruido de motor se difumina con los diálogos; pero no importa. La brisa te refresca el pelo. O no (depende también del día). Y otras veces esa brisa mece las hojas verdes de los árboles, que próximos a la pantalla, a esa tela blanca, intentan, como en La rosa púrpura de El Cairo, meterse dentro. Y soñar.

(El verano tiene cosas buenas. Una de ellas es ésta: los cines de verano. Como de andar por casa. En la plaza del pueblo, en un parque, en el barrio o en la plaza de toros. La visita es obligada. Al menos un día.)

sábado, 31 de mayo de 2008

Taxis especiales

En la glorieta de Embajadores y sus proximidades se pueden ver a diario (incluidos sábados y domingos) grupos de hombres y mujeres que esperan con cierta ansiedad y en diferentes esquinas uno de esos taxis especiales a los que me refiero en el título. Estos coches no tienen bajada de bandera ni lucecita verde indicando que están libres. Su carrera es siempre la misma y el precio fijo. Desde Embajadores se dirigen al poblado de la Cañada Real (últimamente famoso por sus recientes desalojos), ya que este lugar es, en la actualidad, el punto de venta de droga más importante de Madrid. Estos hombres y mujeres se buscan la vida, no sólo para conseguir el dinero necesario para su dosis diaria, sino también para llegar hasta allí. Ningún autobús urbano llega hasta ese lugar, ningún taxi de los que sí tienen bajada de bandera y lucecita verde se ofrece a llegar hasta allí, y tan sólo un autobús interurbano, con ruta hacia Arganda, tiene una parada próxima, pero las situaciones vividas dentro de él han alcanzado tal grado de peligrosidad, que durante varios días los conductores han sido escoltados por parejas de policías. De ahí que estos hombres y mujeres se busquen la vida para alcanzar su destino, montándose en estos taxis privados, pero perfectamente organizados.

Desde finales de los años 70, y sobre todo durante la década de los 80, la heroína puso pie firme en Madrid y no necesitó mucho tiempo para hacer estragos (conozco muchos casos cercanos y no tan cercanos que no tuvieron un final feliz). Por ello cuando veo a estos viajeros especiales siento como si estuviera viajando en el tiempo, como si fueran los supervivientes de aquellos años negros; supervivientes de sobredosis y sida. Ahora la heroína no está de moda, por eso estos viajeros son como reliquias del pasado.
Siento también que su vida se limita a eso: a esperar en una esquina, a montarse en un coche, a comprar, a meterse, a volver a la ciudad, a buscar el dinero y, de nuevo, a esperar en una esquina. Sus cuerpos y caras, en la mayoría de los casos, recuerdan a zombis de películas de miedo y cuando paso por su lado noto, como en Matrix, que en un mismo instante se superponen dos realidades paralelas. La suya y la mía. La de ellos y la nuestra. Su mundo y el nuestro.

jueves, 22 de mayo de 2008

Personaje Berlusconi

Escena 1: Berlusconi, una vez más, sale del paso de sus múltiples juicios y condenas por corrupción, librándose incluso de la cárcel, y decide de nuevo disfrutar de cuatro años más de inmunidad, privilegios y beneficios adquiridos por ser el nuevo presidente de la República italiana. Y estos cuatro años prometo que serán aún mejores (para mi bolsillo, por supuesto).

Escena 2: Berlusconi, radiante vencedor de las últimas elecciones, comunica vehementemente a sus conciudadanos que nadie debe preocuparse por la huelga de basuras que sufre la abandonada ciudad de Nápoles. ¿Para qué están los inmigrantes (con papeles, por supuesto)? Que ellos recojan las basuras que inundan nuestras calles. Faltaría más...

Escena 3: Berlusconi, hablando de inmigrantes, avisa a los interesados que escuchen con atención: De ahora en adelante en este país, que no es otro que Italia, a los inmigrantes ilegales se les tratará como delincuentes. Y no hará falta nada más. Ni robar coches, ni bolsos, ni casas de lujo. La ilegalidad por sí misma será delincuencia.

Escena 4: Berlusconi, con una media sonrisa, comunica su análisis sobre el nuevo gobierno de su colega y no demasiado amigo Rodríguez Zapatero: Por favor, que nadie compare el gobierno rosa de Zapatero con el mío. Mis cuatro ministras sí que son mujeres de bandera (ya me entienden...). Y por si alguien no lo sabe o aún no se ha dado cuenta, les informo de que dos de mis chicas ministras fueron misses y una de ellas, con sus pechos y labios de silicona, portada de Interviú. ¿Quién me va a comparar a mi ministra de igualdad con la cara palo de Fernández de la Vega, que además me llama racista y xenófobo? ¿Es que a esta mujer nadie le ha enseñado a comportarse? ¡Mamma mia...!

(Con personajes como éstos, que son reelegidos una y otra vez de manera democrática, resulta más fácil entender el porqué de las carencias sociales que sufre un país como Italia, uno de los ocho países más ricos e industrializados del mundo, y el porqué, paseando por sus calles, se huele y se palpa que la corrupción inunda muchos de los rincones de este bellísimo país.)

jueves, 8 de mayo de 2008

Escenas: El pianista

Este tren no admite viajeros. Por favor, desalojen el tren. Miradas al reloj. Ya llego tarde. Nervios. Miradas al reloj. Cinco minutos. Miradas al reloj. Diez minutos. El andén se llena. A esas horas. Poco más de las ocho. A esas horas ya hay olores. Y no buenos. Ya llega. Miradas al reloj. Casi cuarto de hora. El metro viene lleno. Empujones. ¿Como animales? Pues sí. Dentro del vagón aún más olores. Y peores. Se abren las puertas. Carreras. Más empujones. Miradas al reloj. Imposible. Ya llego tarde. Unas notas. ¿Cuáles son? ¿Do, mi? ¿Y yo qué sé? No sé solfeo... ¿Qué hago pensando en notas? Y es cierto. Lo de la música: que amansa a las fieras. Vuelves a ser humano. ¿Ya no eres animal? Y ese pasillo largo te reconcilia con el tiempo, con tu esencia, con el valor de las cosas. Las notas vuelan y se posan en tu oído. Y te reconcilias con el mundo. Llego tarde, ¿y qué? Las notas te acompañan por ese pasillo largo y gris.

(En Plaza Elíptica hay un pasillo largo que une la línea 6 del Metro de Madrid, que no siempre vuela, con el intercambiador de autobuses. Allí, un pianista, con su órgano electrónico, nos ayuda a ser un poco más felices cada mañana. Con sus notas que amansan a las fieras...)

Almendros por plásticos

En Granada, muy cerca del límite con la provincia de Almería y bajando hacia la costa desde Las Alpujarras, se pueden ver las laderas y valles cubiertos de almendros (supongo que producto de nuestro pasado árabe). Pues bien, según nos vamos acercando a la costa se empiezan a ver rectángulos de plástico blanco que cubren parte de esas laderas, terrazas y valles, como si el plástico se fuera comiendo los almendros. Supongo que la rentabilidad del cultivo de la almendra, a pesar de no ser un alimento especialmente barato, será menor que la de los tomates en rama que crecen bajo esos plásticos. Y supongo también que el ejemplo tan cercano de El Egido y la recuperación económica de esa zona estéril, habrá influido en ese cambio de paisaje.
No soy quién para juzgar las decisiones de unos agricultores que se ganan la vida con el cultivo de la tierra, pero aparte de expresar la sensación que me provoca esa visión, que no es otra que de tristeza, también me gustaría expresar algo que no acabo de entender: ¿por qué ahora que en España crecen más tomates que nunca, son también peores y más caros que nunca? ¿acaso la ley de la oferta y la demanda no se aplica en este caso?
Me alteran los plásticos en el campo, me desubican, me desorientan... Si alguien visita esa zona y hace ese mismo recorrido, le recomiendo que abandone la poca o mucha tristeza que pueda guardar en su interior, porque esa visión, como de ciencia ficción, de plásticos comiendo terreno a los almendros de aspecto frágil, le provocará un aumento de ese sentimiento. O al menos eso fue lo que me ocurrió a mí.

sábado, 19 de abril de 2008

Duros a cuatro pesetas

Es el timo de siempre, y eso es lo que pretende hacer la señora Esperanza Aguirre y su gobierno.
La Comunidad de Madrid ofrece 3.000 nuevas plazas para el curso 2008/2009 sin que el número de escuelas infantiles públicas aumente (en la actualidad existen 378). ¿Y cómo se resuelve ese baile de cifras?, se preguntará alguien. Pues bien, las escuelas infantiles públicas se repartirán el 10% de estas 3.000 nuevas plazas, pero por supuesto sin que se produzca un aumento de la plantilla de profesores. Las plazas restantes se cubrirán sin demasiado coste económico para la Comunidad, ya que se llevará a cabo en centros privados, que se verán ayudados además por un nuevo decreto de mínimos para la apertura de guarderías, que permite, entre otros aspectos, un aumento del número de niños por clase y la no obligatoriedad de poseer un patio de recreo en los locales destinados a esta supuesta primera etapa educativa (la alternativa que se ofrece es suplantar ese patio por un parque cercano a la guardería).
Las quejas de los profesionales no se han hecho esperar: al aumentar el número de niños por aula empeorará el trabajo supuestamente educativo y no asistencial que se lleva a cabo con ellos, y además la responsabilidad recaerá exclusivamente sobre el profesional que decida aventurarse a ir a jugar con 10 ó más niños a un parque público (supongo que en estas circunstancias muchos centros prescindirán de estas salidas a la calle, decisión que, como siempre, repercutirá negativamente en el que menos culpa tiene: en este caso, los niños de 0 a 3 años).
En medio de este mare mágnum, y aumentando todavía más la incoherencia de este gobierno, se decide abrir en Madrid un colegio público en catalán, sabiendo de antemano que la demanda va a ser insuficiente, aunque sabiendo también que esa decisión se podrá utilizar como arma política en esa guerra de lenguas existente entre las dos Comunidades afectadas (Cataluña y Madrid).
Éste es un ejemplo más de la política liberal del gobierno de Esperanza Aguirre: minar los servicios públicos básicos, que no son otros que la Sanidad y la Educación. Pero como ya sabemos que lo único que parece importar son los números, los responsables políticos correspondientes ya se encargarán de publicitar a bombo y platillo este aumento de plazas y la apertura de no sé cuántos nuevos hospitales, eso sí, sin hacer mención alguna a la calidad del servicio ofrecido.
Ya lo he dicho al principio: nos hacen creer que nos están dando duros a cuatro pesetas, pero todo el mundo sabe que eso es imposible.

lunes, 14 de abril de 2008

Malas influencias

El gobierno de Venezuela ha prohibido la emisión, por parte de una cadena de televisión privada, de la serie norteamericana de dibujos animados "Los Simpsons". El motivo: la mala influencia que ejerce sobre niños y adolescentes.
Anteriormente ya había oído a varios padres españoles censurar esos mismos dibujos, utilizando esa misma razón. Cansados de ver cómo sus hijos, mayores o pequeños, se sentaban frente al televisor para mirar sin parpadear a esos muñecos amarillos, ponían el grito en el cielo con el mismo argumento que ha utilizado el gobierno venezolano. ¡Vaya ejemplo para los niños!, gritaban desesperados.
Mi opinión es otra: si alguien ha visto un capítulo entero y lo ha hecho sin tener demasiados prejuicios encima, se habrá dado cuenta de que la estructura de cada uno de esos capítulos se parece mucho a la de cualquier cuento infantil con moraleja. Durante la mayor parte del capítulo el comportamiento del personaje protagonista resulta moralmente censurable, pero en los últimos minutos ese mismo protagonista, debido a la influencia positiva que ejercen sobre él otros personajes, corrige su comportamiento. Ahí está la moraleja: te enseño primero lo que no tienes que hacer, para decirte después lo que sí debes hacer. Esos mismos padres de los que hablaba anteriormente contestan a esto con el argumento de que un niño no tiene capacidad para darse cuenta de ese mensaje (¿por qué en este caso no y con la mayoría de los cuentos infantiles sí?).
En Venezuela ahora se puede ver la serie, también norteamericana, de "Los vigilantes de la playa", pero no "Los Simpsons". Los chicos y chicas de la playa han sustituido a los muñecos amarillos.
Parece ser que el gobierno de Chávez no encuentra malas influencias en esos chicos y chicas vestidos con bañador rojo; aunque también puede ser que tanta silicona engullida en esos bañadores haya bloqueado la mente del señor Chávez.
Todo es posible.

martes, 8 de abril de 2008

Recomendamos: Bicimundo

De San Francisco a Tierra de Fuego. Una vuelta al mundo. La India. El continente africano. El sudeste asiático... Con un denominador común: la bicicleta.
Aventureros, soñadores, pero sobre todo gente corriente. Así son los protagonistas de estos viajes, a quienes podremos ver, escuchar y preguntar todos los sábados del mes de abril, a las 8 de la tarde, en la Casa de la Cultura de Manzanares el Real (Madrid).
Muchos de nosotros habremos soñado alguna vez con uno de estos viajes. Otros nunca se verán ni querrán verse en una situación así, pero es difícil no tener un mínimo de curiosidad que te empuje a compartir alguna de estas experiencias.
Un buen plan podría ser éste: un paseo por La Pedriza y después sorprendernos con las innumerables anécdotas vividas durante los meses o años que ha durado cada uno de esos viajes.
Muy recomendable.

domingo, 30 de marzo de 2008

Paradójico

La Exposición universal que se celebra este año en Zaragoza gira en torno al agua (tema de vital importancia que, de ahora en adelante, adquirirá aún mayor importancia, debido a los posibles problemas de carencia de agua que vamos a sufrir determinadas zonas del planeta; España incluída). Pues bien, como poco me resulta paradójico, que ni tan siquiera cuando el agua es el protagonista, se respeten principios tan básicos como la dinámica natural de un río.
El recinto de la futura Exposición universal se ha ubicado sobre un meandro abandonado del Ebro (no olvidemos que se trata del río más caudaloso de España), es decir, en plena llanura de inundación. Ya sé que en ninguna ciudad se respeta ese espacio que debería pertenecer únicamente al río, ya que, aunque no lo parezca, forma parte de su espacio vital (pero, ¿cómo desperdiciar un terreno tan valioso desde el punto de vista urbanístico?). Como consecuencia de las crecidas periódicas que sufren los ríos en sus cursos medio y bajo, ese espacio que se sitúa en torno a sus orillas y cuya extensión varía en función del caudal de los mismos, se inunda de manera cíclica. Durante esos periodos de inundación el suelo queda enriquecido, debido a los depósitos que abandona el río en su crecida, siendo éste el suelo más fértil para la agricultura. A estas alturas no voy a pedir utopías: exigir una ley que respete ese espacio y que lo declare como no urbanizable sería tan inútil como hablar a las paredes (aunque por supuesto se hubieran evitado muchas catástrofes que han provocado tanto pérdidas materiales como humanas), pero sí que hubiera esperado que en un caso como éste, una Exposición universal que pretende agitar las conciencias en torno a la problemática del agua, hubiera habido mayor respeto hacia el entorno y mayor coherencia.
Esta semana, con motivo de las últimas lluvias que han caído en Zaragoza, parte de las obras que pertenecen al recinto de la Exposición han sufrido inundaciones. Algo totalmente previsible y, como he dicho anteriormente, paradójico.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Fama

Tengo una sobrina que estudia en la universidad (está en 2º de Comunicación audiovisual). Ayer me dijo que faltó más de la mitad de la clase. Normal, ¿no? Vuelta de vacaciones... ¡Qué va! Han ido al casting de Supermodelo. ¿Qué me dices? Sí. Con el de Fama pasó lo mismo. Y me quedo con cara de no entender nada.
Sé que estas decisiones no se deben a que más del 50% de los posibles futuros publicistas o relaciones públicas escondan una vocación frustrada de bailarines o modelos, algunos seguro que sí, por supuesto, pero no más de la mitad. Por lo tanto, son otros los motivos.
Los que somos más jóvenes no vivimos nada de esto, ya se sabe, reality shows de varios formatos: contar tus penas , buscar novio, cantar, bailar o desfilar delante de las cámaras; por eso no podemos asegurar que nosotros no hubiéramos actuado igual.
Es como si ahora fuera más fácil alcanzar esos minutos de gloria o de fama de los que hablaba Andy Warhol; como si la fama también se hubiera democratizado. Pero, ¿a qué precio?

sábado, 22 de marzo de 2008

Ley electoral

Espero no aburrir demasiado, pero para escribir este artículo debo aportar algunos datos.
En las pasadas elecciones generales del 9 de marzo los resultados para el Congreso de los diputados fueron los siguientes (los datos están extraídos de la página web del Ministerio del Interior, con un 99,99% escrutado, reflejándose el porcentaje de votos y los escaños conseguidos por cada partido):
PSOE(43,64%/169 diputados), PP(40,11%/153), CiU(3,05%/11), EAJ-PNV(1,20%/6), ESQUERRA(1,17%/3), IU(3,80%/2), BNG(0,82%/2), CC-PNC(0,65%/2), UPyD(1,20%/1), NA-BAI(0,24%/1).
Después de analizar detenidamente los datos, me gustaría destacar varios aspectos:
1. El PNV obtiene menos de un tercio de los votos que IU y en cambio consigue tres veces más diputados.
2. UPyD obtiene el mismo porcentaje de votos que el PNV, pero este último consigue seis veces más diputados.
3. ESQUERRA obtiene casi el mismo porcentaje de votos que el PNV, pero consigue la mitad de diputados.
4. CC obtiene un poco más de la mitad de votos que UPyD, pero obtiene el doble de diputados.
Nuestro sistema electoral divide el territorio español en circunscripciones, que corresponden a cada una de las provincias existentes y a las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla, constituyendo cada una de ellas una circunscripción. A Ceuta y a Melilla les corresponde un diputado respectivamente, y en el resto de provincias el número de escaños varía en función de la población, estableciéndose como mínimo 2 diputados.
Según esto, en España no disfrutamos del principio fundamental que debe regir cualquier sistema democrático, que no es otro que respetar la relación una persona-un voto, o lo que es lo mismo, que el voto de cualquier español tenga el mismo valor.
Si suponemos una circunscripción única, es decir, si consideramos que cada voto vale lo mismo, independientemente de su lugar de procedencia, con los datos que tenemos obtendríamos unos resultados bastante diferentes (indico entre paréntesis el número supuesto de escaños que obtendría cada partido): PSOE(157), PP(144), IU(14), CiU(11), EAJ-PNV(4), ESQUERRA(4), UPyD(4), BNG(3), CC-PNC(2) y otros siete partidos más hubieran obtenido también 1 diputado cada uno, hasta conseguir un total de 350 diputados, que son los que componen el total del Congreso.
Aunque antes no lo pareciera, ahora podemos comprobar que los máximos beneficiados de nuestro sistema electoral son los dos partidos mayoritarios (PSOE y PP) y los máximos perjudicados no son otros que aquellos partidos minoritarios de ámbito nacional (IU y UPyD).
En general, cuando se habla de la ley electoral española se suelen sacar dos conclusiones: la primera, que a quien más beneficia es a los partidos nacionalistas (algo falso, ya que en las últimas elecciones el único partido nacionalista beneficiado por esta ley ha sido el PNV) y la segunda, que los máximos perjudicados son los partidos de ámbito nacional, pero minoritarios, favoreciendo así el bipartidismo (algo totalmente cierto, como también lo es que el panorama político español cambiaría considerablemente si ese peso que ahora tienen los partidos nacionalistas para permitir o no formar gobierno, se compartiera o se viera disputado por algún otro partido de ámbito nacional).
Me gustaría aportar dos ejemplos más que resumen los desequilibrios anteriormente mencionados (los datos están extraídos de la misma página web y hacen referencia al número de votos que han sido necesarios para conseguir un diputado en cada una de las circunscripciones indicadas):
a) En Melilla el PP ha obtenido un diputado, que le ha costado 15.510 votos. En Madrid cada escaño del PP ha costado 95.743 votos.
b) En Teruel el PSOE ha obtenido 2 diputados, costándole cada uno de ellos 18.892 votos. En Coruña, con el 99,92% de votos escrutados, cada diputado le ha costado al PSOE 93.176 votos.
(Creo que sobra decir que en el Congreso el voto de cada diputado tiene el mismo valor, independientemente de la circunscripción a la que pertenezca.)
Por otro lado, se dan casos tan curiosos como los siguientes:
1. En Córdoba el PSOE ha obtenido 243.959 votos y 4 diputados, el PP 181.512 y 2 diputados. Al PSOE cada diputado le ha costado 60.990 votos, al PP 90.756 (casi 30.000 más).
2. En Cuenca el PP ha obtenido 66.128 votos y 2 diputados, el PSOE 59.671 y 1 diputado. Al PP cada diputado le ha costado 33.064 votos, al PSOE 59.671 (casi 27.000 votos más).
3. En Tarragona el PSOE ha obtenido 167.959 votos y 4 diputados, CiU 79.274 y 1 diputado. Al PSOE cada diputado le ha costado 41.990 votos, a CiU 79.274 (más de 37.000 votos más).
Considero que todos estos ejemplos destacan por su desigualdad y, por consiguiente, por su falta de justicia, ya que de esta manera parece que nos clasificáramos en ciudadanos de 1ª, 2ª o 3ª categoría, basándonos únicamente en el hecho de que la opinión, a la hora de ir a votar, no vale lo mismo.
Cuando se plantea un sistema de circunscripción única y así poder evitar las situaciones anteriormente mencionadas, los detractores de un posible cambio ponen como ejemplo el caso de Italia (país en el que la formación de gobierno resulta casi imposible) y argumentan también que, con dicho cambio, los grandes partidos centrarían su campaña electoral y sus decisiones de gobierno en las zonas más pobladas, ya que soportarían el peso principal del total de votantes, olvidándose de las zonas con menos población. Con respecto a la primera argumentación, considero que España, como país, se diferencia tanto de Italia, y no solamente por su sistema electoral, que ponerlo como ejemplo no me convence demasiado. Y con respecto a la segunda, me convence algo más, pero no lo suficiente como para pensar que lo que tenemos ahora es lo más justo.
Ya se empiezan a oír voces que reclaman una revisión de la ley electoral (en artículos de opinión o en tertulias televisivas). Siendo realistas, considero que este cambio será difícil, sobre todo si tenemos en cuenta que, como se ha visto anteriormente, los dos partidos mayoritarios están claramente beneficiados por la actual ley.
De momento, lo que resulta inevitable para algunos ciudadanos es sentirse discriminados y sufrir cierta impotencia a la hora de leer los resultados después de cada elección. Creo que en esto todos estaremos de acuerdo.
Os invito a la reflexión.

sábado, 8 de marzo de 2008

Mentiras

A no ser que sufra alzheimer o algo similar, nunca olvidaré un día semejante a éste (jornada de reflexión) de hace cuatro años.
El señor Acebes (por aquel entonces ministro del interior) reafirmaba y confirmaba 48 horas después del atentado del 11 de marzo en Madrid, que los culpables eran terroristas de ETA. Horas después las elecciones dieron un vuelco inesperado. Casi cuatro años después la sentencia del juicio del 11-M confirmó que los culpables eran terroristas de Al Qaeda.
Durante la legislatura que hoy acaba el señor Acebes ha aprovechado cualquier oportunidad para acusar de mentiroso al presidente del gobierno, el señor Zapatero. Esas acusaciones han sido agresivas, contundentes y repetidas hasta la saciedad. La causa: ocultar a los españoles los intentos de negociación con la banda terrorista ETA. No voy a juzgar estas acusaciones (posiblemente sean ciertas, al igual que posiblemente también sea cierto que éste no ha sido el único gobierno que ha intentado pactar con los terroristas); mi motivo del artículo es otro.
Aquel 13 de marzo de hace cuatro años, mientras escuchaba al ministro (el señor Acebes) en una rueda de prensa extraordinaria, mi ingenuidad me hacía pensar que esos casi 200 muertos constituían una barrera infranqueable y que como tal no se utilizarían nunca para intereses personales. Pero el señor Acebes lo hizo: sobrepasó esa barrera. El objetivo del último gobierno de Aznar era alejar de la mente de los españoles, antes de ir a las urnas, cualquier relación entre el atentado del 11-M y la participación de España en la guerra de Irak. De ahí esas declaraciones repetidas hasta el último minuto.
Como ya he dicho antes, el tiempo ha demostrado la falsedad de dichas declaraciones. Pero el señor Acebes sigue ahí, cobrando un sueldo de diputado, dando lecciones de moral y defendiendo el valor de la verdad. No sé vosotros, pero desde entonces no soporto ver ni escuchar a este individuo (por no utilizar un insulto). Nos intentó manipular, mintió premeditadamente y, lo peor de todo, demostró que para él esos muertos y heridos no tenían ningún valor; los utilizó para su propio interés. Superó esa barrera infranqueable, que no es otra que el valor de la vida.
La desconfianza de la población hacia los políticos es cada vez mayor; nos quejamos de las mentiras, de los engaños, de los abusos... Pero no todas las mentiras son iguales. Aquélla no la olvidaré nunca.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Puro espectáculo

Voy a hablar del debate, pero de los preliminares.
En los días previos al encuentro entre Zapatero y Rajoy la publicidad que se llevaba a cabo y el modo de tratar dicho evento me recordaban a una de esas finales importantes de fútbol (final de la Copa de Europa, con equipo español incluido): anuncios del debate repetidos varias veces al día (para crear expectación, por supuesto) y el mismo día del evento retransmisión en directo junto al recinto de espectáculos, con enviados especiales incluidos. Hora y media antes del comienzo y como en las buenas finales de fútbol, pudimos disfrutar de ese emocionante ambiente previo: una nube de fotógrafos esperando a los protagonistas, que hasta unos pocos minutos antes de las diez no llegaron; la cara de los periodistas estrella de cada cadena rellenando espacio y tiempo (nada más y nada menos que hora y media) y un cronómetro que nos iba anunciando, mediante una espectacular cuenta atrás, el tiempo que nos quedaba para el comienzo del evento. Luego vino lo demás: análisis por parte de los dos protagonistas de estos cuatro años de gobierno y un moderador que aún no sé muy bien qué pintaba allí. El objetivo se cumplió: 13 millones de espectadores (ya lo dije antes: como en las mejores finales).
La época que vivimos es así: cualquier cosa vale para ganar audiencia y hasta de un debate de estas características, aburrido y previsible, se puede hacer audiencia; ahora todo vale. Pero lo más sorprendente es que hay cierta lógica en este exceso de publicidad y de medios: lo que es cierto es que, desgraciadamente, sí se trataba de un evento excepcional, ya que en España la existencia de este tipo de debates dependen exclusivamente de la buena voluntad, valentía o falta de cordura de los protagonistas, cosa que desde mi punto de vista debería cambiar (pero ya sabemos que la autoprotección de los políticos no descansa ni depende de ideología alguna).
El espectáculo continúa: el partido de vuelta, perdón, la segunda parte del debate, el lunes que viene. ¡A disfrutar del espectáculo!

lunes, 18 de febrero de 2008

Diábolos, campanas y cilindros

En un artículo anterior ("Tallas", del 5 de noviembre de 2007) ya expuse mi malestar por la falta de uniformidad a la hora de establecer las medidas en las tallas de la ropa, tanto de hombre como de mujer, siendo mayor en el caso de las mujeres. Me alegraba de que por fin se cuestionara este tema y de que diera comienzo un estudio antropomórfico de la mujer española. Los resultados de dicho estudio los hemos conocido hace un par de semanas y, en general, las críticas han sido feroces.
Por un lado el sector textil se ha quejado de la dificultad para establecer tres tipos de patrones para cada talla, a saber, forma de diábolo, campana o cilindro. Se han quejado de que no lo ven factible, ya que no saldría rentable, y lo comprendo (ya sabemos que el sector empresarial solamente se fija en un único aspecto: el beneficio económico).
Por otro lado las críticas más duras, desde mi punto de vista, han venido del mundo de la moda. Coincidiendo con la pasarela Cibeles los comentarios han abundado y destaco precisamente el que más se ha repetido: ¡Qué vergüenza! Ni que las mujeres fuéramos objetos. Que si diábolo, cilindro o campana... ¡Qué vergüenza!
Me sorprende que tanto modelos como diseñadores se hayan quejado de lo mismo y con el mismo argumento (a veces hecho de menos un poco más de pensamiento propio), ya que el mundo de la moda y de la publicidad están llenos de ejemplos donde la mujer no es más que un mero objeto.
Mi sensibilidad, a diferencia de estos comentarios, no se vio herida al escuchar el resultado del estudio y comprobar que lo que ya había sufrido en mis propias carnes se confirmaba con los datos tomados sobre una muestra de 10.145 mujeres repartidas por 59 ciudades diferentes:
1. El 40% de las españolas tiene problemas para encontrar ropa de su talla; la mayoría de ellas porque las prendas son pequeñas.
2. El 86% de las españolas tiene un índice de masa corporal convencional, que no requiere consulta ni tratamiento médico.
Me parecería idílico que se unificaran por fin todas las tallas, ya que se ahorraría mucho tiempo, y a muchas mujeres, sobre todo jovencitas, les evitaría dudas infundadas sobre su aumento de peso. Pero más idílico sería aún el hecho de que para cada talla se establecieran tres patrones diferentes; sería algo parecido a comprar un traje a medida. Entonces las críticas, ¿a qué se deben?
Me cuesta trabajo creer que muchas mujeres consideren que esta clasificación en diábolos, campanas y cilindros, es una ofensa para nosotras.
Siento que a veces la sensibilidad está a flor de piel, y creo que éste es un buen ejemplo.

lunes, 11 de febrero de 2008

Escenas: Dibujos

Siento cómo ondea la llama humeante, la llama de la vela, al ritmo del aire que exhalan sus pulmones. Los de él; los del pintor. Y mientras, el lápiz afilado, con pequeños trazos, va mostrando el perfil de la mujer. La frente, la nariz, los labios carnosos...
Siento el frío de la habitación y cómo las manos, envueltas en mitones, abrazan el grafito, y cómo con trazo suave pero firme dibujan las sombras que rodean el perfil.
Siento el olor de la estancia. Una mezcla de aceite, pigmentos, tierras... Y también humedad.
Y siento como si en ese momento él, el pintor, me regalara su obra, ese trozo pequeño lleno de historia. Y al mirarlo oigo su voz, la de él, la del pintor, contándome sus emociones y la intensidad de ese momento de unión entre el lápiz y el papel.
Separo mis ojos del dibujo y miro a mi alrededor. Hay más gente. Y no hay vela, ni huele a aceite y humedad. Y sobre todo no está él, el pintor. Y ese dibujo tampoco es para mí.

(En Madrid, en el Museo Thyssen-Bornemisza, podemos disfrutar de éste y otros muchos dibujos intensos y efímeros, que nos trasladan a ese momento de intimidad entre la obra y el artista. "Maestros modernos del dibujo". Entrada libre. Hasta el 17 de Febrero.)

jueves, 7 de febrero de 2008

Recomendamos: Los etruscos

La civilización etrusca precedió en el tiempo al imperio romano, constituyendo una de las civilizaciones más significativas e importates para la historia del Mediterráneo. Desde hace ya unos meses podemos disfrutar en Madrid, en el Museo Arqueológico Nacional, de una muestra del buen hacer de esta antigua civilización.
Para quien disfrute de los pequeños detalles, de la falta de estridencia y de la sencillez técnica, pero no así artística; para quien disfrute de las pequeñas cosas, le gustará darse también un pequeño paseo por esta bonita exposición. Termina el 17 de Febrero.

lunes, 4 de febrero de 2008

Algo falla

Los premios a la mejor dirección y a la mejor película concedidos por la Academia de cine española se los ha llevado "La soledad", que apenas ha sido vista por 42.000 espectadores. Considero que soy una persona que disfruta del cine y que le gusta estar al día de la actualidad cinematográfica, pues bien, no recuerdo en qué mes se estrenó esta película, no recuerdo haber visto el cartel en ningún sitio, no recuerdo ningún anuncio o reseña, y no tengo ninguna referencia de ella. ¿No es extraño? La considerada mejor película del año por los académicos del cine ha pasado de puntillas por las salas. Sin hacer ruido. Y sorprendentemente ha conseguido el premio más deseado. Desde mi punto de vista no se trata de un caso en el que haya funcionado el boca a boca, como ha dicho algún periodista-tertuliano hoy, porque ese boca a boca ha sido inexistente entre los espectadores. Desde mi punto de vista se trata de un tremendo fracaso: la mejor película del año ha sido una de las menos vistas.
Si tenemos en cuenta que cuando hablamos de cine, además de hablar de una actividad artística hablamos también de una industria que busca unos beneficios económicos, que se traducen en espectadores y en éxito de público, podemos pensar que aquí en España esta asociación de ideas parece no estar muy arraigada. Por el contrario, dentro del mundo del cine el exceso de victimismo, que triunfa frente a la autocrítica, hace que siempre se estén echando balones fuera (ya se sabe: la piratería, la cuota de pantalla, la falta de apoyo estatal, la invasión del cine americano, etc.). ¿Y para cuándo un poco de autocrítica? Como en cualquier negocio, el dinero destinado a publicidad no sólo no sobra, sino que además es imprescindible (nadie en su sano juicio se hace empresario sin haber hecho antes un estudio de mercado y haber dado a conocer su producto). ¿Por qué no aprendemos un poco del cine norteamericano? Allí, como mínimo, la mitad del presupuesto va destinado a eso: a dar a conocer ese producto que se ha elaborado con tanto esfuerzo y trabajo. Si no, ¿para qué vale ese esfuerzo? Parece ser que parte de la gran bronca que han tenido José Luis Garci y Alfredo Landa se ha debido a eso: este último le ha recriminado al director que la película ha pasado por las salas como de puntillas; casi sin hacer ruido. Y estoy totalmente de acuerdo.
Creo que hay muchos aspectos a reconsiderar dentro del cine español, y no solamente la cuota de pantalla, ya que si no se hace volverán a ocurrir acontecimientos tan increíbles como los de ayer.
Ahora tendremos una segunda y más ruidosa oportunidad para comprobar si estamos o no de acuerdo con esos premios. Entre otras cosas, para eso valen los premios...

jueves, 24 de enero de 2008

100% manipulable

Unos pocos: que deciden, como pequeños dioses, pero sin corona de santos.
El resto, es decir, la mayoría: los que sufrimos, los que observamos, los que decimos que sí y tragamos con todo; los que sobrevivimos.
Unos pocos, los elegidos, se reúnen y deciden qué es lo mejor: subir los tipos de interés, o bajarlos; aumentar los fondos de la Reserva Federal; bajar los impuestos, o subirlos; liberalizar el mercado, o regularlo.
El resto, la mayoría: vivimos más desahogados, o no; compramos pisos, o no; consumimos, ahorramos, trabajamos horas extras o nos vamos de crucero. En fin, vivimos o sobrevivimos, según corresponda.
Quizás me equivoque y a los ojos de un experto esté cometiendo un error garrafal en mi análisis (si es así, que alguien me corrija), pero tengo la sensación de que en materia de economía somos más marionetas que nunca. Ya lo he dicho antes: compramos o no, según toque. Y son muchas las veces en que siento que el dinero es la religión de hoy en día y que estas personas privilegiadas actúan como los antiguos dioses del Olimpo, decidiendo sobre nuestras vidas. Y nosotros, como los antiguos plebeyos, lo aceptamos.
Como si de un producto más de consumo se tratara, propongo una etiqueta para esta economía de los siglos XX y XXI: "Economía de mercado. 100% manipulable."

jueves, 17 de enero de 2008

Por interés propio

No dudo de que aún haya alguna persona (y seguro que más de una) que se dedica a esto de la política con la intención de trabajar por el bien común, pero los ejemplos que hemos tenido esta semana no nos transmiten esa idea.
Por un lado tenemos al señor Gallardón (actual alcalde de Madrid) que amenaza con dejar la política por no haber sido incluído en la lista de candidatos por Madrid para las próximas elecciones generales del 9 de Marzo. Y por otro lado tenemos a la señora Esperanza Aguirre, que anteriormente a estas declaraciones exigió al presidente de su partido, el señor Rajoy, que si Gallardón era incluído como candidato en esa lista, ella también, previa amenaza de abandonar la presidencia de la Comunidad de Madrid.
Y yo me planteo: ¿Dónde se quedaron esas enormes ganas de trabajar por la mejora de esta ciudad y de esta comunidad? ¿Dónde se quedaron sus buenos deseos y su gran ilusión (la de los dos) por ocupar el cargo que actualmente ocupan y además por mayoría absoluta? ¿Dónde se quedó el respeto hacia los millones de votos que consiguieron ambos? ¿Y qué harán con la confianza que depositaron en ellos esos millones de votantes?
Me imagino que todos estos buenos sentimientos (si alguna vez existieron) se quedaron en algún lugar remoto de su memoria y que ahora lo que toca es otra cosa. Y lo que toca suele ser lo de siempre: el interés propio.

sábado, 12 de enero de 2008

Letizia

Érase una vez una chica normal (como tú y como yo), que un día conoció a un príncipe, se enamoró de él (o al menos eso dicen), se casó con él, fueron felices y comieron perdices... (¿o no?).
En su momento me sorprendió mucho la decisión de esa chica normal. Una mujer que podía tomarse como ejemplo de la mujer actual: una mujer independiente, que decide sobre su vida privada, ambiciosa en el trabajo, que cuida su imagen, etc. Una mujer que dejaba claro en sus primeras intervenciones públicas como prometida de un príncipe heredero esos rasgos de su personalidad y que precisamente por eso empezaba a ser criticada (¿a quién se le ocurre mandar callar al futuro Rey? ¡faltaría más...!). Y que desde entonces se fue convirtiendo poco a poco en una mujer florero, limitándose a enseñar sus propuestas en cuanto a peinados y vestidos.
Habitualmente podemos ver en televisión tertulias bien concurridas que debaten sobre el nuevo peinado de Letizia y sobre si era o no la más elegante de la fiesta. No sé lo que pensará ella (quizá se limite a no pensar), pero yo prefería aquellas críticas feroces sobre la osadía de la futura princesa y sobre su falta de protocolo (al menos eran críticas con más enjundia).
Después de todo esto me sorprende oír hablar de paridad en el trabajo, de discriminación positiva hacia la mujer y de lo bueno que tiene humanizar la monarquía; pero me sorprende aún más ver cómo esta sociedad tan hipócrita ha conseguido anular la personalidad pública de una chica normal, que de puertas hacia fuera dejó de ser normal. Al contrario que la Bella durmiente, que despertó de su sueño eterno al recibir el beso de su príncipe amado, ésta parece haberse convertido en una princesa de personalidad durmiente.
Y yo me pregunto, ¿es eso realmente lo correcto?

Escenas: Nieve

Los copos de nieve: blancos. Como ridiculizando todo: las bombas, las minas, los pozos de petróleo, los muertos, el ejército de Bush, el recuerdo de Sadam... Como diciendo: ¿pero qué hacéis? Como pidiendo un minuto de respiro: para mirar el cielo, para pensar, quizá para rezar. Y desear. Como cubriendo la mierda, la miseria, la sangre, el horror, el terror. La muerte. Como diciendo: ¡Ya basta!
(Ayer en Irak la noticia fue otra: después de muchos años, tantos que los mayores apenas lo recordaban, nevó en Irak. De nuevo. Como si de un manto de esperanza se tratara. Un manto que lo cubriera todo, que lo limpiara todo...)

¿Intereses ocultos?

Después de tantos años de conflicto (por usar un eufemismo) entre Israel y Palestina, me sorprende el cambio de actitud del salvador mundial, George W. Bush: le ha dejado claro al gobierno de Israel que debe retirarse de los territorios ocupados desde la Guerra de los Seis Días (año 1967), defiende la creación de un futuro estado palestino y ha asegurado que antes de que finalice el año se alcanzará un acuerdo de paz. Por poner un ejemplo cercano y algo típico, desconfío de un hombre que organizó una guerra (la última de Irak) a partir de argumentos falsos, y como no creo en píldoras mágicas que te hacen ser bueno para dejar de ser malo, tiendo a pensar en los intereses ocultos que tendrá el gobierno de Estados Unidos para hacer de buen samaritano. ¿Qué ha ocurrido con las buenas relaciones existentes entre Israel y Estados Unidos? ¿Y dónde se han quedado las malas relaciones entre Estados Unidos y algunos países árabes? Me temo que no nos llega toda la información (como otras veces), por lo que no tengo datos suficientes para establecer cualquier conjetura.
Se admiten sugerencias.

lunes, 7 de enero de 2008

La inteligencia del hombre blanco

He leído un artículo de Jared Diamond, incluído en el libro "El nuevo humanismo y las fronteras de la ciencia" (muy recomendable, por cierto), en el cual se intenta dar una explicación al hecho de que la civilización que ha imperado a lo largo de los siglos haya sido la occidental, la nuestra, la del hombre blanco. O lo que es lo mismo, citando palabras textuales del autor: "¿Por qué ha sido tan diferente el ritmo de la civilización humana en los distintos continentes durante los últimos 13.000 años?"
El autor pretende ofrecer una explicación alternativa a este hecho, ya que según él: "Mucha gente da por sentado que la respuesta implica diferencias biológicas del coeficiente intelectual medio de unos y otros pueblos del mundo, aun cuando de hecho no hay ninguna prueba de que dichas diferencias existan. Hasta que tengamos una explicación alternativa convincente, la falta de opciones hará que las teorías racistas sigan siendo el principal polo de atracción."
La alternativa que ofrece es la siguiente:
Uno de los factores biogeográficos que tiene en cuenta para desarrollar su explicación es el bajo porcentaje de especies animales autóctonas de África y América que han podido ser domesticadas por el hombre (de hecho el autor plantea lo que hubiera podido ocurrir en la historia de la humanidad si los pueblos africanos hubiesen podido domesticar al rinoceronte y hubieran peleado frente al hombre blanco, montado en un simple caballo). Con las especies autóctonas vegetales ha ocurrido lo mismo, aunque en el caso de América la diferencia con respecto a Eurasia no es tan extrema como en el caso de África. Si a todo esto se añade el hecho de que la dimensión mayor del continente euroasiático se sitúa en la horizontal (eje Este-Oeste), a diferencia de África y América cuyas dimensiones mayores se sitúan en la vertical (eje Norte-Sur), y que los cultivos y las especies animales domesticadas se distribuyen según la latitud, en el caso de Eurasia dichas especies pudieron extenderse a lo largo de miles de kilómetros, según el eje Este-Oeste anteriormente mencionado, lo que aceleró el paso de sociedades cazadoras-recolectoras a sociedades sedentarias, densamente pobladas y estratificadas. Por el contrario, esta distribución latitudinal de especies animales y vegetales alcanzó una extensión mucho menor en América y África, debido a su disposición Norte-Sur. (Oceanía lo considera como un caso aparte, debido al aislamiento que ha sufrido a lo largo de su historia.)
La explicación que ofrece el autor puede parecer sencilla o muy evidente, aunque está sobradamente demostrado que este hecho no debe considerarse como un defecto, ya que muchas explicaciones sencillas que nos hacen pensar ¿y cómo no se le ocurrió a alguien antes?, han revolucionado la historia de la humanidad. A mí me ha convencido y me ha parecido una buena alternativa a las diferencias biológicas del coeficiente intelectual.
Quizá esa hipotética superioridad del hombre blanco no haya sido más que un producto del azar...