lunes, 31 de diciembre de 2007

Nochevieja

Defiendo y siento la magia de la Nochevieja.
Pocas veces somos conscientes en nuestra rutina diaria del paso del tiempo (al mirar una fotografía, al celebrar un cumpleaños o al reencontrarnos con algún conocido después de mucho tiempo) y menos son las veces en que todos o muchos compartimos un momento como éste.
En la noche del 31 de Diciembre somos conscientes, segundo a segundo, con cada campanada y por qué no, con cada uva, de ese paso del tiempo. De que de nuevo hemos dado una vuelta al calendario, de que ese tiempo se fue y el siguiente está llegando, de los momentos que se han quedado grabados y de la emoción por los que vendrán. En una época de individualidades como es ésta, que se caracteriza por gritar a los cuatro vientos las diferencias que nos separan, me resulta mágico que millones de personas vivamos en un mismo instante sensaciones parecidas.
¡Que esa magia dure mucho y si alguien la perdió, que la recupere pronto!
Feliz año nuevo.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Escenas: De dolor

Ella. Con la voz quebrada y las lágrimas secas. Con una pena profunda, que sale de las entrañas y que parece que se palpa, e incluso que se huele. Ella. Con silencios que duelen y que arañan. Sin saber qué decir. Una pena de verdad, enquistada, infectada. Que se agarra a lo más hondo. De ella. Ese dolor que pocas veces conocemos. Que nos transforma en estatuas vivientes y que tan sólo nos deja respirar...

jueves, 27 de diciembre de 2007

Más que una huelga

Son ya varios los días de huelga que están afectando al servicio de limpieza del Metro de Madrid y que como es lógico estamos sufriendo también los usuarios. Afortunadamente en este país existe el derecho a la huelga, por lo que en ningún momento voy a cuestionar los motivos que han llevado a los trabajodores a tomar esta decisión, pero sí lo voy a hacer con algunas de las medidas tomadas de forma paralela a dicha huelga. Algunos ejemplos de estas medidas a las que me refiero son las siguientes:
En primer lugar los trabajadores están incumpliendo los servicios mínimos a los cuales están obligados. En segundo lugar, y aun teniendo en cuenta que los españoles no nos caracterizamos por ser demasiado limpios de puertas hacia fuera, resulta extraño ver cómo entre la basura acumulada por andenes, pasillos y vestíbulos, podemos encontrar tiras finas de papel de periódico cortadas con tijeras o a mano (durante los muchos años que uso el transporte público en Madrid aún no he visto a nadie que se dedique a hacer trizas el periódico; como mucho se puede tirar a una papelera, al suelo o se abandona en uno de los bancos para ponerlo a disposición de otro lector). Y en tercer lugar, durante uno de los telediarios de TVE1 se ha podido ver un vídeo grabado con una de las cámaras instaladas en una de las estaciones de Metro. En él se observa cómo un hombre con un pasamontañas rocía con una garrafa de aceite las baldosas próximas a los torniquetes de entrada y salida, y cómo, posteriormente a esta acción, dos mujeres de avanzada edad resbalan y caen al suelo.
Existe la posibilidad de que el hombre con pasamontañas esté pagado por los empresarios para deteriorar la imagen de los trabajadores que ejercen su derecho a la huelga, y también que sean sólo unos pocos trabajadores los que estén llevando a cabo estas medidas paralelas, pero de cualquier forma a quien menos beneficia es a los propios trabajadores y son ellos quienes deben poner freno a estas medidas lo antes posible.
Todos sabemos que no serán los últimos en actuar de esta manera en momentos de protesta, pero en trabajos tan próximos al ciudadano como puede ser éste, este tipo de medidas consiguen poner en contra no solamente a los empresarios sino también a la opinión pública, lo que ensucia e incluso parece que deslegitima la obtención de los objetivos por parte de los trabajadores. Sería como si en una hipotética huelga de bomberos éstos se dedicaran a organizar incendios. ¿O no?

jueves, 20 de diciembre de 2007

Cosas sin importancia

Abrir el portal de tu casa y encontrar a escasos centímetros de tu cara la puerta de una furgoneta que ocupa la mitad de la acera. Esquivar los cubos de basura que taponan las estrechas aceras del centro de Madrid, como si de una prueba de slalom se tratara. Encontrar el contenedor de reciclaje de papel hasta los topes y abandonar tu bolsa de papeles usados, junto a otras muchas, al lado del contenedor. Caminar por aceras y calzadas que de manera reiterada se taladran y reconstruyen, obligándote de nuevo a hacer slalom para esquivar vallas amarillas, montones de adoquines y hormigoneras que no dejan de hacer ruido. Llamar a teléfonos de atención al cliente que más que atenderte te despachan, sin modales y sin solucionar tu problema. Acudir a una tienda de electrodomésticos para descambiar por tercera vez consecutiva un aparato eléctrico que has comprado, por necesidad o por placer, y observar la cara impasible del dependiente, como si te quisiera contar: no, si esto pasa cada día. Hacer intentos, también reiterados, para darte de baja de una compañía telefónica y sentir de nuevo cómo la persona que te atiende, por supuesto por teléfono, apenas sabe hablar tu idioma, que está ganando dos duros y que de la empresa de la cual le estás hablando parece que nunca hubiera oído hablar, ya que dicha empresa ha subcontratado a la empresa que a su vez ha subcontratado a la empresa que ha contratado al marroquí que te está atendiendo.
La lista podría ser interminable, pero siento que he vivido lo suficiente como para saber qué cosas son importantes y cuáles no, y por supuesto este listado pertenece al segundo grupo, pero me fastidia la cantidad de energía que nos hacen gastar este tipo de cosas sin importancia y cómo nos roban el valioso tiempo que tenemos para dedicarnos a las cosas realmente importantes.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Vida laboral y personal

1. Jornada continua todo el año de 7:30 horas a 15:30 horas, con una horquilla flexible de entrada y salida.
2. Cada cinco años trabajados los empleados gozan de un mes libre, aparte de las vacaciones.
3. Se toman medidas contra los jefes que impongan jornadas muy largas.
4. Se permite llevar a cabo hasta el 20% de la jornada laboral desde casa.
5. Sólo con hablar con el jefe directo, cada empleado tiene total libertad para cambiar su horario.
6. Ninguna reunión puede acabar pasadas las 18:30 horas.
7. Los empleados de más de 50 años tienen más días de vacaciones.
8. Si el trabajo exige viajar, se compensa con dos días libres.

No es una invención. Se trata de una selección de algunas de las medidas tomadas por varias de las empresas galardonadas con los Premios a la conciliación "Empresa flexible".
Si tenemos en cuenta que, según estudios recientes, España aparece de nuevo dentro del grupo de países con bajos niveles de productividad, estas medidas y estos premios pueden servir para que se reconsideren determinados aspectos de nuestra vida laboral, que repercuten cada día en nuestra vida personal.