jueves, 12 de julio de 2007

Prostitutos de la construcción

En el diccionario de la Real Academia Española, "prostituta": mujer que mantiene relaciones sexuales con hombres, a cambio de dinero. Me permito una licencia poética: prostitutos. Hablaré de hombres, pero no de aquéllos que mantienen relaciones sexuales a cambio de dinero.
Todas las mañanas, al menos de lunes a viernes, en la Plaza Elíptica (Madrid), junto a la cafetería Yakarta, se pueden ver grupos de hombres inmigrantes con una mochila a la espalda esperando a que lleguen los "pistoleros". Los pistoleros son otros hombres, que no suelen ser inmigrantes, que apuntan o señalan con el dedo la mano de obra barata que desean para ese día.
De esta manera, los prostitutos de la construcción, como me he permitido llamarles, representan el último eslabón de la cadena laboral del mundo de la construcción. Representan la mano de obra más barata que existe actualmente en España dentro de ese mundo. Son inmigrantes sin papeles, sin derechos, sin voz ni voto, pero que participan del boom de la construcción española con su mano de obra infravalorada.
Cada mañana les veo. Cada mañana esperan a que, con un poco de suerte, les señalen y les suban a una furgoneta que les lleve a una obra. Cada mañana, esa mano de obra barata e ilegal espera, como las prostitutas de la calle, a que alguien se fije en ellos tan sólo por unos pocos euros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

emotivamente contundente tu texto
un saludo,
Santiago