...se moriría de alegría.
En 1955 una mujer negra, Rosa Parks, no se levantó del asiento del autobús en el que viajaba. Según la ley vigente en Alabama, al sur de Estados Unidos, las personas negras debían ceder el asiento en la zona del autobús reservada a la población blanca. Este hecho desencadenó la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, liderada a continuación por Martin Luther King. Cincuenta y tres años después un hombre negro va a gobernar ese mismo país.
Ese país que es capaz de lo mejor y de lo peor, esta vez nos ha sorprendido a todos y nos ha dado una buena noticia.
Aún no sabemos si el contenido de los discursos emitidos por Obama durante la larga campaña electoral se materializará o se quedará en el olvido (poner en práctica el diálogo y la diplomacia con eternos enemigos, como Rusia o Irán; universalizar la sanidad en un país donde este derecho no existe como tal; o buscar una solución para Palestina); aún tendremos que esperar, pero lo que sí sabemos es que estamos viviendo un momento histórico.
Con frecuencia determinadas expresiones, debido a su uso fácil y a veces indebido, pierden su significado original, pero esta vez considero que es la expresión adecuada. O al menos así lo siento yo, que el de hoy es un momento histórico.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
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1 comentario:
Seré breve porque no consigo sacar tiempo para responder ampliamente (como a mí me gusta).
Yo considero este momento como histórico, entendiendo exclusivamente como momento histórico el que, por fin, un ciudadano negro va a ser presidente de los EE.UU.
Lo que ocurre es que por el exclusivo hecho de ser negro se han generado unas expectativas, a mi modo de ver, exageradas.
Se ha presentado esta situación como si fuera la oportunidad para que el mundo confraternice, para que se resuelvan todos los problemas de la clase media (y por supuesto baja) de EE.UU, para que se atiendan a los síntomas cada vez más patentes de agotamiento de recursos naturales y de arrasamiento medioambiental, para que se solucione el conflicto de Oriente próximo, para que EE.UU. contribuya al desarrollo de los países pobres, etc.
En fin, un mundo feliz.
Y sólo por el mero hecho de ser negro...
El gran éxito de Obama ha sido el de no utilizar la política racial como parte de su discurso para acceder a la "Casablanca".
En este sentido lo único que ha hecho ha sido transmitir el mensaje que hubiera difundido cualquier otro candidato demócrata.
¿Alguno pensamos que cuando Clinton accedió al poder cambiaría el mundo?
Pues ahora no entiendo por qué sí.
No obstante, aún recuerdo cuán más felices éramos con Clinton (con sus devaneos, relaciones inapropiadas, etc.) que con el energúmeno posterior, el innombrable.
Así que también espero que, cuando menos, haya un leve cambio de actitud. Pero leve.
Con motivo de no sé que agitado cónclave religioso tampoco recuerdo quién dijo una frase muy reveladora, la cual, afortunadamente, sí que recuerdo. Decía lo siguiente: “Lo más parecido a un obispo conservador…. es un obispo liberal.”
Pues eso. Que lo más parecido a un americano republicano….es un americano demócrata.
¡Cachis! Y eso que pretendía ser breve.
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