Hace apenas 20 días, desde Bogotá, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, repitió hasta la saciedad: "No hay dinero." Con apenas esas tres palabras justificó el recorte de 10.000 millones de euros en Educación y Sanidad. "No hay dinero para pagar los servicios públicos. Se ha gastado muchísimo en el pasado."
20 días después de esas declaraciones y después de un Real Decreto que daba comienzo al recorte de esos 10.000 millones de euros, el Estado español se convierte en el principal accionista de Bankia, adjudicándose el 45% del capital del banco, tras el desembolso de 4.465 millones de euros.
A raíz de todo esto se me ocurren algunas preguntas, que pueden resumir mi grado de indignación:
¿Qué ha ocurrido con esa falta de dinero que hasta hace unos días era una realidad y que justificaba el mayor recorte en Educación y Sanidad hasta la fecha? ¿De dónde ha salido ese dinero, hasta ahora inexistente? ¿Acaso ese desembolso provocará aún más recortes en derechos y servicios públicos?
¿Cómo es posible que no se haya escuchado, por parte del gobierno
español, ningún reproche, ninguna crítica, ninguna exigencia de
responsabilidades a la nefasta gestión que el sistema bancario ha
llevado a cabo durante los últimos años de esa supuesta bonanza
económica española?
¿Qué va a suponer esa nacionalización de los "activos tóxicos" para
todos nosotros, los ciudadanos españoles, que somos quienes hemos
comprado esa carga ocasionada por una, y repito de nuevo, enorme
irresponsabilidad? ¿Acaso el Estado tiene intención de tomar la
dirección del banco, cambiar las reglas del juego y crear una banca
pública? ¿O por el contrario esperaremos, como siempre, a que el banco
salga a flote y cuando la situación esté subsanada por el papá Estado,
ese mismo Estado desaparezca para vanagloriar de nuevo la gestión
privada? ¿Es compatible el liberalismo económico que está defendiendo el actual gobierno con la nacionalización del cuarto banco más grande de España?
¿Por qué una dimisión, que entiendo que equivale a un cese voluntario, le permite a Rodrigo Rato marcharse con una indemnización de 1,2 millones de euros? ¿Por qué ese mismo individuo, que durante su mandato en el FMI fue incapaz de prever la caída de Lehman Brothers, ocasionada por las famosas "hipotecas basura" y que ha provocado la crisis económica actual, fue "premiado" con la presidencia de Caja Madrid y posteriormente de Bankia?
¿Cómo es posible que los trabajadores públicos, tratados casi como delincuentes, tengan que soportar insultos constantes sobre su falta de hábito de trabajo, su querencia al "cafelito y a leer el periódico" (palabras de Antonio Beteta, secretario de Estado de Administraciones Públicas), su tendencia al absentismo (por supuesto injustificado, aunque vaya acompañado de una baja médica), y que los culpables que nos han llevado a esta situación se hayan ido con indemnizaciones millonarias y sin ningún tipo de consecuencias con respecto a una necesaria y justa exigencia de responsabilidades?
Que cada cual busque se respuesta a estas preguntas.
jueves, 10 de mayo de 2012
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