Los premios a la mejor dirección y a la mejor película concedidos por la Academia de cine española se los ha llevado "La soledad", que apenas ha sido vista por 42.000 espectadores. Considero que soy una persona que disfruta del cine y que le gusta estar al día de la actualidad cinematográfica, pues bien, no recuerdo en qué mes se estrenó esta película, no recuerdo haber visto el cartel en ningún sitio, no recuerdo ningún anuncio o reseña, y no tengo ninguna referencia de ella. ¿No es extraño? La considerada mejor película del año por los académicos del cine ha pasado de puntillas por las salas. Sin hacer ruido. Y sorprendentemente ha conseguido el premio más deseado. Desde mi punto de vista no se trata de un caso en el que haya funcionado el boca a boca, como ha dicho algún periodista-tertuliano hoy, porque ese boca a boca ha sido inexistente entre los espectadores. Desde mi punto de vista se trata de un tremendo fracaso: la mejor película del año ha sido una de las menos vistas.
Si tenemos en cuenta que cuando hablamos de cine, además de hablar de una actividad artística hablamos también de una industria que busca unos beneficios económicos, que se traducen en espectadores y en éxito de público, podemos pensar que aquí en España esta asociación de ideas parece no estar muy arraigada. Por el contrario, dentro del mundo del cine el exceso de victimismo, que triunfa frente a la autocrítica, hace que siempre se estén echando balones fuera (ya se sabe: la piratería, la cuota de pantalla, la falta de apoyo estatal, la invasión del cine americano, etc.). ¿Y para cuándo un poco de autocrítica? Como en cualquier negocio, el dinero destinado a publicidad no sólo no sobra, sino que además es imprescindible (nadie en su sano juicio se hace empresario sin haber hecho antes un estudio de mercado y haber dado a conocer su producto). ¿Por qué no aprendemos un poco del cine norteamericano? Allí, como mínimo, la mitad del presupuesto va destinado a eso: a dar a conocer ese producto que se ha elaborado con tanto esfuerzo y trabajo. Si no, ¿para qué vale ese esfuerzo? Parece ser que parte de la gran bronca que han tenido José Luis Garci y Alfredo Landa se ha debido a eso: este último le ha recriminado al director que la película ha pasado por las salas como de puntillas; casi sin hacer ruido. Y estoy totalmente de acuerdo.
Creo que hay muchos aspectos a reconsiderar dentro del cine español, y no solamente la cuota de pantalla, ya que si no se hace volverán a ocurrir acontecimientos tan increíbles como los de ayer.
Ahora tendremos una segunda y más ruidosa oportunidad para comprobar si estamos o no de acuerdo con esos premios. Entre otras cosas, para eso valen los premios...
lunes, 4 de febrero de 2008
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1 comentario:
El cine español... ese gran desconocido. Tienes razón: la causa es la falta de inversión. Y ahí viene el problema. ¿Quién invierte? El estado, las multinacionales... Las películas estadounidenses, incluso "las buenas", están llenas de botellas de cocacola o budweiser. O sea: si quieres financiación, bájate los pantalones y convierte tu película en un anuncio. Si no, muérete de asco. Ésta última no es la opción del cine español, es que es lo único que puede hacer. Pero claro, la otra opción tampoco es muy deseable... Gran dilema, gran problema, sin grandes soluciones.
Enhorabuena por tu blog, te leo más de lo que te escribo, sin duda.
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