sábado, 19 de abril de 2008

Duros a cuatro pesetas

Es el timo de siempre, y eso es lo que pretende hacer la señora Esperanza Aguirre y su gobierno.
La Comunidad de Madrid ofrece 3.000 nuevas plazas para el curso 2008/2009 sin que el número de escuelas infantiles públicas aumente (en la actualidad existen 378). ¿Y cómo se resuelve ese baile de cifras?, se preguntará alguien. Pues bien, las escuelas infantiles públicas se repartirán el 10% de estas 3.000 nuevas plazas, pero por supuesto sin que se produzca un aumento de la plantilla de profesores. Las plazas restantes se cubrirán sin demasiado coste económico para la Comunidad, ya que se llevará a cabo en centros privados, que se verán ayudados además por un nuevo decreto de mínimos para la apertura de guarderías, que permite, entre otros aspectos, un aumento del número de niños por clase y la no obligatoriedad de poseer un patio de recreo en los locales destinados a esta supuesta primera etapa educativa (la alternativa que se ofrece es suplantar ese patio por un parque cercano a la guardería).
Las quejas de los profesionales no se han hecho esperar: al aumentar el número de niños por aula empeorará el trabajo supuestamente educativo y no asistencial que se lleva a cabo con ellos, y además la responsabilidad recaerá exclusivamente sobre el profesional que decida aventurarse a ir a jugar con 10 ó más niños a un parque público (supongo que en estas circunstancias muchos centros prescindirán de estas salidas a la calle, decisión que, como siempre, repercutirá negativamente en el que menos culpa tiene: en este caso, los niños de 0 a 3 años).
En medio de este mare mágnum, y aumentando todavía más la incoherencia de este gobierno, se decide abrir en Madrid un colegio público en catalán, sabiendo de antemano que la demanda va a ser insuficiente, aunque sabiendo también que esa decisión se podrá utilizar como arma política en esa guerra de lenguas existente entre las dos Comunidades afectadas (Cataluña y Madrid).
Éste es un ejemplo más de la política liberal del gobierno de Esperanza Aguirre: minar los servicios públicos básicos, que no son otros que la Sanidad y la Educación. Pero como ya sabemos que lo único que parece importar son los números, los responsables políticos correspondientes ya se encargarán de publicitar a bombo y platillo este aumento de plazas y la apertura de no sé cuántos nuevos hospitales, eso sí, sin hacer mención alguna a la calidad del servicio ofrecido.
Ya lo he dicho al principio: nos hacen creer que nos están dando duros a cuatro pesetas, pero todo el mundo sabe que eso es imposible.

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