En mayor o menor medida, y con mayor o menor frecuencia, todos hemos vivido algún momento crítico (estoy en crisis, que se suele decir). Pues bien, si hemos conseguido salir o sobrepasar ese momento, habremos podido comprobar que hemos salido reforzados, que hemos aprendido algo más, ya que la vida no es más que eso, un aprendizaje continuo. Solemos decir también que todo tiene su lado bueno o positivo; los momentos de crisis también, a veces sólo tenemos que aprender a verlo.
Obama, en su discurso de investidura como presidente de los Estados Unidos, mencionó lo siguiente: "El esfuerzo y la honradez, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad... son cosas reales, lo que se necesita es volver a estas verdades." Vivimos un momento de crisis (todos lo sabemos), principalmente económica, pero ¿es sólo económica?
Mis conocimientos de economía son muy escasos, sin embargo no me costó vaticinar la situación que se está viviendo ahora en este país. En relación con este tema se me ocurren algunas preguntas, algunas de las cuales podrán parecer un tanto ingenuas:
¿A nadie le parece más normal, o más natural, la situación vivida ahora mismo con el tema de la vivienda, que la locura vivida en los últimos años? ¿No será que la falta de equilibrio existía antes y no ahora?
¿Nadie supo o quiso poner freno a esa locura desenfrenada de construir ciudades enteras de 80.000 viviendas, que en la actualidad han dado lugar a barrios muertos, artificiales, sin servicios públicos ni privados y casi sin población? ¿Acaso eso es natural?
¿Y qué ha ocurrido con los beneficios? En una buena economía casera, la de toda la vida, los ingresos no deben ser menores que los gastos y si esos ingresos aumentan desmesuradamente durante un corto periodo de tiempo, ¿no se debe hacer un control de gastos y llevar a cabo una buena previsión para un posible futuro de vacas flacas? Parece ser que estas reglas básicas no se han llevado a cabo en muchas de las empresas de este país (incluidos muchos bancos, por supuesto).
Sigamos con los bancos. Seguro que todos conocemos algún caso de irresponsabalidad bancaria. Me explico. ¿A nadie nos ha sorprendido la concesión de algún crédito hipotecario a alguna persona con unas condiciones económicas y laborales poco fiables a largo plazo, y con un valor hipotecario demasiado alto para ese sentido común que, aunque a veces nos olvidemos, sigue existiendo? Sin embargo ahora esos mismos bancos analizan esas mismas condiciones con lupa. ¿No será por esa irresponsabilidad previa?
¿Y el crecimiento continuo? ¿Desde cuándo se ha dado por hecho que no puede haber pérdidas, que los beneficios actuales siempre deben superar los anteriores? ¿Acaso nos creemos dioses, capaces de romper las reglas básicas que rigen el mundo desde que el hombre lo pobló? ¿Lo antinatural no será pretender ese crecimiento continuo, que parece establecido como algo sagrado e innegable? ¿A nadie le resulta ingenuo ignorar la posibilidad de un periodo más o menos largo de pérdidas? ¿O acaso nos creemos diferentes a nuestros antepasados?
Quizá, como he dicho al principio, esta crisis que vivimos ahora no sea sólo económica. Y quizá, como cualquier otro periodo de crisis, éste podría ser un buen momento para llevar a cabo una intensa reflexión sobre estos últimos años y salir así reforzados. Como una primera pincelada apoyo esas palabras de Obama, pero ¿seremos capaces de dar un paso más o tan sólo nos quedaremos en eso, en meras palabras?
domingo, 8 de marzo de 2009
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