Año 2011: El ayuntamiento de Torrelodones (Madrid) cierra sus cuentas con un superávit de 5,4 millones de euros. Siete meses después de las últimas elecciones municipales (Mayo de 2011), el nuevo gobierno de esta localidad, compuesto por un grupo de vecinos no adscritos a ningún partido político, consiguen lo que en la inmensa mayoría de municipios ha sido imposible.
Entre las medidas tomadas: bajada de un 20% del sueldo de la alcaldesa y de su equipo de gobierno; eliminación de los "cargos políticos de confianza" nombrados por el anterior alcalde; supresión de la grúa municipal (que por sus dimensiones ni siquiera podía maniobrar por muchas de las calles), de la furgoneta de atestados de la Policía Municipal (que apenas se usaba) y del coche oficial del alcalde, que además utilizaba a dos policías municipales (uno como chófer y otro como escolta), los cuales han recuperado sus funciones de seguridad y vigilancia; medidas de ahorro en luz, agua y fotocopias; cancelación de las autorizaciones de gasto abiertas para comidas y aperitivos; y renegociación de los contratos con proveedores.
La alcaldesa, Elena Biurrun, en algunas de las entrevistas que ha concedido últimamente, habla en los siguientes términos: conciencia de lo público; honestidad; no patrimonializar el dinero de todos; que los ayuntamientos se ajusten a la realidad de los ciudadanos y a sus necesidades; el sentido común como norma y no como excepción; y transparencia. (Basta como ejemplo una pequeña entrevista concedida a Europa FM: http://www.europafm.com/audios-online/levantate-y-cardenas/mejores-momentos/entrevistamos-elena-biurrun-alcaldesa-torrelodones_2012030500088.html)
Comparto en su totalidad cada uno de sus principios y vivo con la esperanza de que esta nueva realidad sirva como ejemplo para que otros muchos ciudadanos, hartos del pasado reciente y del presente, se pongan manos a la obra y den el paso hacia una política activa.
jueves, 15 de marzo de 2012
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