ESCENARIO: El interior del vagón de una línea de Metro.
PROTAGONISTAS: Una mujer española. Una mujer sudamericana con rasgos indígenas. Un bebé en brazos de la mujer extranjera e inmigrante.
ARGUMENTO: La mujer española mira de reojo y con desprecio a la mujer extranjera, la mujer inmigrante, la mujer que viene a España a quitarle el trabajo, pero que a la vez cuida de sus hijos y le limpia su casa; la mujer que huele mal, que es bajita, fea y maleducada. La mujer española no mira de reojo al bebé; le mira con los ojos grandes, de frente y con una sonrisa también grande. Y se atreve a tocarle y a hacerle caricias, y a decirle ajjoo... Y a ser simpática. La mujer española llega a su estación y se despide del bebé, olvidándose de que es hijo de la mujer extranjera e inmigrante; se despide como si el color de la piel, la pobreza o la diferencia no existieran en los niños o en los bebés; se despide como olvidándose de que esa mujer extranjera e inmigrante hace unos años también fue niña, una niña a la que hubiera sonreído y acariciado sin pensarlo.
jueves, 12 de abril de 2007
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1 comentario:
Qué observación tan aguda...
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