Cuando la Iglesia dice que este mundo es muy materialista y que falta una buena dosis de espiritualidad y sentido trascendente de la vida, es verdad. Pero desde mi punto de vista ellos no hacen nada para remediarlo, perdidos como están en lo de siempre, luchas ridículas con el progreso científico o discusiones sobre quién puede o no controlar las pobres cabezas de los comunes mortales.
Es cierto, sí. Este mundo es tan materialista, tan precipitado, tan poco reflexivo y tan concentrado en crecer en todo menos en crecer como personas, que al final nos hemos convertido en cáscaras con nuestra espiritualidad capturada.
El sentido trascendente de la vida requiere introspección, salirse de los manuales, sentir las cosas desde dentro y no verlas y sentirlas como nos dicen que tenemos que verlas o sentirlas en las guías de viajes.
No estoy hablando de cosas elevadas, estoy hablando de lo terrenal, de la naturaleza, de lo que nos rodea, que es donde debemos volcar nuetra espiritualidad. A veces nos movemos en el mundo sin sentir lo que nos rodea, aquellas pequeñas cosas, que decía Serrat.
Esta vacuidad nos vuelve vulnerables, pues estamos olvidando la parte de nosotros que más contribuye a nuestro crecimiento interior, la parte de nosotros que nos hace creativos, que nos hace soñar despiertos y tener ideas para mejorar como personas, que nos hace felices.
Si perdemos esa sensibilidad hacia lo que nos rodea, ese sentido trascendente, seremos esclavos de lo que nos "den" otros: dinero, coches, desarrollo laboral, más casas. Si no nos desarrollamos por dentro acabaremos siendo esclavos de quien nos venda felicidad, cuando nosotros podríamos ser los principales proveedores de nuestra felicidad.
Si no nos planteamos qué necesitamos realmente para ser felices, la felicidad dejará de ser necesaria y se convertirá en un artículo de lujo por el que habrá que pagar mucho.
1 comentario:
Raindrops on roses and whiskers on kittens,
bright copper kettles and warm woolen mittens,
brown paper packages tied up with strings,
these are a few of my favorite things.
Cream colored ponies and crisp apple strudels,
door bells and sleigh bells and schnitzel with noodles.
Wild geese that fly with the moon on their wings.
these are a few of my favorite things.
Girls in white dresses with blue satin sashes,
snowflakes that stay on my nose and eyelashes,
silver white winters that melt into springs,
these are a few of my favorite things.
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