No es fácil ser medusa. Las corrientes te arrastran sin poder ofrecer resistencia; depredadores; dependemos de aguas cálidas; y los humanos nos tienen manía (dicen que les picamos, pero no se dan cuenta de que sólo es un mecanismo de defensa). Aunque el verano pasado tuvimos algo de suerte. Descubrimos unas aguas calentitas y sin depredadores (parece ser que se pesca tanto en ese mar, creo que se llama Mediterráneo, que ya casi no tenemos peces come-medusas que nos persigan). El verano pasado alcanzamos la costa de un país que se llama España y allí fuimos las reinas de la playa. Casi no hubo que defenderse de la invasión de los humanos, apenas se atrevían a meter sus largas piernas en el agua y nadar entre nuestros tentáculos. Pero este año se oyen rumores. Queremos volver de nuevo a esa costa, a esas playas con hoteles en la arena, pero se oyen rumores de que no nos van a dejar. No, no es que hayan aparecido de nuevo los peces que nos comen (siguen casi extinguidos), parece ser que los humanos ahora nos quieren pescar a nosotras. No sé para qué, nunca les hemos gustado. Aunque puede ser por eso, porque no les gustamos, por lo que quieren exterminarnos. Quieren enviar barcos y cazarnos antes de que lleguemos a la costa, y así tener sus playas para ellos solos... Aunque también he oído decir a algunos humanos que las medusas somos beneficiosas, que filtramos el agua del mar. O sea, que a algunos de ellos sí que les gustamos...
No sé lo que ocurrirá con nosotras este verano, en estas aguas tan calentitas y libres de peces come-medusas, pero, como he dicho al principio, una cosa está clara: no es fácil ser medusa.
jueves, 7 de junio de 2007
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