Después de tantos años de conflicto (por usar un eufemismo) entre Israel y Palestina, me sorprende el cambio de actitud del salvador mundial, George W. Bush: le ha dejado claro al gobierno de Israel que debe retirarse de los territorios ocupados desde la Guerra de los Seis Días (año 1967), defiende la creación de un futuro estado palestino y ha asegurado que antes de que finalice el año se alcanzará un acuerdo de paz. Por poner un ejemplo cercano y algo típico, desconfío de un hombre que organizó una guerra (la última de Irak) a partir de argumentos falsos, y como no creo en píldoras mágicas que te hacen ser bueno para dejar de ser malo, tiendo a pensar en los intereses ocultos que tendrá el gobierno de Estados Unidos para hacer de buen samaritano. ¿Qué ha ocurrido con las buenas relaciones existentes entre Israel y Estados Unidos? ¿Y dónde se han quedado las malas relaciones entre Estados Unidos y algunos países árabes? Me temo que no nos llega toda la información (como otras veces), por lo que no tengo datos suficientes para establecer cualquier conjetura.
Se admiten sugerencias.
sábado, 12 de enero de 2008
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2 comentarios:
Que es una cuestión de intereses, está más claro que el agua, y que toda la información que se nos da está manipulada también.
¿Quién escribirá los guiones del gran teatro mundial, quién moverá los hilos del titeré Bush?
Un poco tarde, pero aquí van algunas suposiciones.
1.- La más simple y, posiblemente, la más cercana a la realidad: Bush estaba completamente borracho.
2.- Un poco menos creíble, pero también posible. Bush se vuelve a atragantar con una galleta y, milagrosamente, sobrevive. Conocido su fervor, decide dar gracias a Dios de inmediato y como penitencia expone en público lo que más le duele.
3.- Poco creíble, pero posible. Lo situamos en el marco de la política interior, no exterior.
Los republicanos tienen las elecciones perdidas después de los "nosecuantos" mil muertos de Irak, la anarquía creciente en el mismo país y la imposibilidad de retirar las tropas desplegadas allí, el auge de los radicales islámicos en Afganistán de Irak, la crisis de las hipotecas en EE.UU. y la posibilidad de la recesión a la vuelta de la esquina, etcétera, etcétera. Los demócratas lo tienen a huevo.
Pero he aquí que tenemos las elecciones de los candidatos de cada uno de los partidos para competir en los comicios del año próximo. Y resulta que los demócratas presentan unos candidatos de poco peso.
A lo que me refiero con poco peso es a que no sé hasta qué punto la sociedad americana admitiría/digeriría que los designios del país fueran llevados por una mujer (sería la primera en EE.UU.) o por un hombre negro (es que lo de decir de color lo llevo fatal).
¿Serían capaces de llevar los estándares de igualdad de los que hacen gala hasta esos extremos?
Me da en la nariz que existe cierto porcentaje del electorado que estas cosas las va a tener muy presentes a la hora de votar, y que los republicanos han decidido ir a la caza de esos votantes insatisfechos/decepcionados/indignados/desahuciados. Han visto la posibilidad de volver a ganar las elecciones.
Lo demás es sabido. Se convoca la cumbre de Annapolis y sin solución de continuidad se hace una gira por Oriente próximo en la que se hacen visitas (Belén) y declaraciones sorprendentes que, por supuesto son completamente gratuitas. Pero que ahí quedan.
En la Cumbre Medioambiental de Bali de finales del año pasado, rompen la tradición de no sumarse a las medidas contra el cambio climático y en el último momento se unen al resto de los países participantes en parte de los contenidos. Recientemente, en el discurso ante el congreso de la nación se muestra claramente a favor de promover iniciativas que redunden en la protección del medio ambiente y los mecanismos que frenen el cambio climático.
Parte del electorado demócrata percibirá un cambio de actitud en los rivales y los indecisos dirán que por lo menos presentan como candidato un tío, que además es blanco.
Me temo que, para confusión de las personas de bien, vamos a tener a un Bush y a unos republicanos blanditos y dialogantes durante todo este año.
Cuando gane Mc Cain, veremos.
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