Voy a hablar del debate, pero de los preliminares.
En los días previos al encuentro entre Zapatero y Rajoy la publicidad que se llevaba a cabo y el modo de tratar dicho evento me recordaban a una de esas finales importantes de fútbol (final de la Copa de Europa, con equipo español incluido): anuncios del debate repetidos varias veces al día (para crear expectación, por supuesto) y el mismo día del evento retransmisión en directo junto al recinto de espectáculos, con enviados especiales incluidos. Hora y media antes del comienzo y como en las buenas finales de fútbol, pudimos disfrutar de ese emocionante ambiente previo: una nube de fotógrafos esperando a los protagonistas, que hasta unos pocos minutos antes de las diez no llegaron; la cara de los periodistas estrella de cada cadena rellenando espacio y tiempo (nada más y nada menos que hora y media) y un cronómetro que nos iba anunciando, mediante una espectacular cuenta atrás, el tiempo que nos quedaba para el comienzo del evento. Luego vino lo demás: análisis por parte de los dos protagonistas de estos cuatro años de gobierno y un moderador que aún no sé muy bien qué pintaba allí. El objetivo se cumplió: 13 millones de espectadores (ya lo dije antes: como en las mejores finales).
La época que vivimos es así: cualquier cosa vale para ganar audiencia y hasta de un debate de estas características, aburrido y previsible, se puede hacer audiencia; ahora todo vale. Pero lo más sorprendente es que hay cierta lógica en este exceso de publicidad y de medios: lo que es cierto es que, desgraciadamente, sí se trataba de un evento excepcional, ya que en España la existencia de este tipo de debates dependen exclusivamente de la buena voluntad, valentía o falta de cordura de los protagonistas, cosa que desde mi punto de vista debería cambiar (pero ya sabemos que la autoprotección de los políticos no descansa ni depende de ideología alguna).
El espectáculo continúa: el partido de vuelta, perdón, la segunda parte del debate, el lunes que viene. ¡A disfrutar del espectáculo!
miércoles, 27 de febrero de 2008
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2 comentarios:
Bueno, vivimos en la "Sociedad del Espectáculo", donde la "verdad" y la "mentira" no importan. Sólo tiene valor el "ESPECTACULO". Es así de triste.
Perfecto. Me habéis quitado el comentario. Un interés inusitado de los medios de comunicación más por la retransmisión en sí misma, que por los mensajes que se fueran a transmitir (sobre todo de RTVE....... A ver si iba a llevar razón Rajoy...).
Lo de menos, el "debate". Vuelta atrás. Nada nuevo. ¿Irak? ¿11 de Marzo? ¿Efecto llamada con la política de inmigración? ¿Regularización con "bono - buses"? ¿Canon digital de la panda de untados? ¿Restitución de los médicos del Severo Ochoa? (el resto de España que no saben de qué va esto último deben estar pensando aún qué quiénes son esos).
¿Y para los próximos años, qué? De la batería de ofertas que hubo en las rebajas, parece que no se ha concretado nada (el ministerio de la familia de Rajoy, los 400 euros de Zapatero, los millones de árboles del uno, la nueva política fiscal del otro).
Y las mujeres, que de una manera o de otra no dejan de ser más que una mercancía que ambos se disputan. Se les llena la boca con la palabra mujer. No se les caerá la cara de vergüenza.
El partido, malo, sin oportunidades. Como suelen ser las grandes finales. No correr riesgos. No exponer. A la defensiva. Y, a veces, ni eso. "Si la pregunta no me conviene, ni contesto, como si no la hubiera oído, no sea que me vaya a salpicar".
Para qué van a dar explicaciones ellos a quienes se deben, a sus pobres y disciplinados votantes.
A los que, nuevamente, les vamos a sentar en sus poltronas.
Qué vacío.
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