domingo, 30 de marzo de 2008

Paradójico

La Exposición universal que se celebra este año en Zaragoza gira en torno al agua (tema de vital importancia que, de ahora en adelante, adquirirá aún mayor importancia, debido a los posibles problemas de carencia de agua que vamos a sufrir determinadas zonas del planeta; España incluída). Pues bien, como poco me resulta paradójico, que ni tan siquiera cuando el agua es el protagonista, se respeten principios tan básicos como la dinámica natural de un río.
El recinto de la futura Exposición universal se ha ubicado sobre un meandro abandonado del Ebro (no olvidemos que se trata del río más caudaloso de España), es decir, en plena llanura de inundación. Ya sé que en ninguna ciudad se respeta ese espacio que debería pertenecer únicamente al río, ya que, aunque no lo parezca, forma parte de su espacio vital (pero, ¿cómo desperdiciar un terreno tan valioso desde el punto de vista urbanístico?). Como consecuencia de las crecidas periódicas que sufren los ríos en sus cursos medio y bajo, ese espacio que se sitúa en torno a sus orillas y cuya extensión varía en función del caudal de los mismos, se inunda de manera cíclica. Durante esos periodos de inundación el suelo queda enriquecido, debido a los depósitos que abandona el río en su crecida, siendo éste el suelo más fértil para la agricultura. A estas alturas no voy a pedir utopías: exigir una ley que respete ese espacio y que lo declare como no urbanizable sería tan inútil como hablar a las paredes (aunque por supuesto se hubieran evitado muchas catástrofes que han provocado tanto pérdidas materiales como humanas), pero sí que hubiera esperado que en un caso como éste, una Exposición universal que pretende agitar las conciencias en torno a la problemática del agua, hubiera habido mayor respeto hacia el entorno y mayor coherencia.
Esta semana, con motivo de las últimas lluvias que han caído en Zaragoza, parte de las obras que pertenecen al recinto de la Exposición han sufrido inundaciones. Algo totalmente previsible y, como he dicho anteriormente, paradójico.

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