Algo se nos mueve a todos por dentro al ver a ese terrorista de ETA saliendo de la cárcel, debido a los daños en su salud causados por una huelga de hambre que inició hace unos meses.
El estado de derecho y la ley nos cae como una verdad difícil de asumir.
Cuando vi las imágenes de algunos líderes políticos del País Vasco visitando a esa persona, aquellos que pretenden formar parte del juego democrático, pensé, “algo va mal, esto no tiene que ser así”, y se me hizo un nudo en el estómago.
Es difícil defender argumentos legales para rebatir una decisión judicial cuando no se es un experto en la materia y, como a mí, le pasa a la mayoría de los ciudadanos. También sé que hay una ley y que están los jueces para interpretarla, y que todo el proceso ha sido formalmente correcto (faltaría más).
También sé que hay dos partidos políticos y dos posturas muy diferentes frente al tema y que, sin embargo, esos dos partidos políticos, en el fondo, quieren llegar al mismo sitio, aunque “el cuando” cada uno lo tenga marcado en diferente fecha dentro de su agenda política.
Por otra parte, me importan bien poco las argumentaciones de ese sujeto para querer morir, las respeto como las de cualquier persona que quiera lo mismo y esté en plenas facultades mentales para tomar la decisión.
Como siempre, el problema no sólo es que haya terrorismo, el problema es que mientras ellos están muy unidos en su “causa”, la nuestra y la de los partidos políticos está disuelta en un ruido cada vez más difícil de soportar.
Preguntas: 1. ¿Es necesario dar tanto bombo a la decisión de un preso de quitarse la vida?
2. ¿Era necesario que saliera de la cárcel? o era preferible que muriera de hambre...
Creo que, dadas las circunstancias, el debate que se plantea es de índole ético-moral. No creo que las razones de la excarcelación sean humanitarias, más bien, como todos hemos comprobado por las razones que nos han ido dando los ministros, la decisión de que el preso saliera de la cárcel responde a razones que son únicamente políticas, “para evitar males mayores”.
Conclusión: Tenemos una oposición depredadora que aprovecha cualquier coyuntura para hacer demagogia y ganar votos, y tenemos un gobierno y un presidente impacientes por acabar con el terrorismo (lo cual es perfectamente comprensible, menos por lo de la impaciencia), y tenemos manifestaciones divididas estúpidamente, que no hacen sino debilitar el frente común contra los terroristas. Por otra parte, el conjunto de los ciudadanos, que sí representan una unidad frente al terrorismo, reclama más consenso entre los políticos y que ambos partidos no olviden contra quién se hace la guerra.
domingo, 11 de marzo de 2007
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1 comentario:
Estimado ciudadano invisible:
No tengo por menos que admirar tu fe ciega en el estado de derecho.
Lamento tener que discrepar, prácticamente, sobre todo lo que expones en tu texto.
Por ejemplo, tu frase "También sé que hay una ley y que están los jueces para interpretarla, y que todo el proceso ha sido formalmente correcto (faltaría más)" me parece, cuando menos idealista (continuo admirándote).
Por supuesto que el proceso ha sido correcto en cuanto a acusación, sentencia, recurso y resolución final.
No obstante, como sabrás,la primera de las sentencias sobre este "personaje" le condenaba a 12 años y pico de prisión. Sin embargo, la resolución final (del Tribunal Supremo creo), contra la que no cabe recurso, le condena a 3 añitos.
Ante esta desproporción evidente me planteo lo siguiente ¿Tú crees que aquéllos que lo juzgaron en primera instancia actuaron de buena fe, o prevaricaron, sabedores de su posición, haciendo prevalecer sus criterios ideológicos? ¿Puede ser que los miembros de esta última instancia, hayan han actuado incorrectamente y hayan reducido la pena a este siniestro sujeto? ¿Han respondido ambos tribunales a criterios políticos en función de determinadas circunstancias?
EStá claro que una de las dos condenas es errónea (no quiero entrar en cual de ellas) ¿Quién hubiera respondido o quién responde del atropello que supone la aplicación del supuesto falso?
¿Sigues pensando que "El estado de derecho y la ley nos cae como una verdad difícil de asumir"? ¿O es que no es una verdad y más bien responde a la coyuntura política?
Me he enrollado demasiado y no quería.
Otras cosas más brevemente:
Respecto a que "hay dos partidos políticos y dos posturas muy diferentes frente al tema y que (...)en el fondo, quieren llegar al mismo sitio" está claro que donde quieren es llegar al PODER.
No importan los medios (ambos deberían hacer figurar en el primer lugar de su ideario la célebre frase de Maquiavelo).
No está escrito pero es así. ¿Demasiado duro? No, no creas.
El terrorismo, no es una de las grandes preocupaciones que tenemos los españoles, sin embargo así aparece reflejado en la última encuesta del CIS.
Basta con recordarlo todos los días .... y ¡ya está! Ya tenemos la preocupación creada (una cortina de humo para alcanzar el poder).
El atentado en la T4 de Barajas, es la excusa perfecta para alcanzar el poder (populares). No podía haber llegado en mejor momento, a 1 año de las elecciones.
Por otra parte los socialistas quieren perpetuarse en el poder (aunque sean sólo otros cuatro añitos... pero un poco más). Tienen que conseguir un comunicado de ETA favorable a sus tesis y harán lo que sea (insisto, LO QUE SEA)para que éste se produzca (prisión en régimen domiciliario por motivos de salud al interfecto, retirada de acusación por enaltecimiento del terrorismo a Otegui... y lo que nos queda por ver).
Estos personajes (los políticos, mejor dicho estos políticos) deberían ser la principal preocupación de los españoles.
Pero la autocrítica no da votos así que no se publicita.... y nosotros seguiremos pensando que el estado de derecho funciona perfectamente y que tanto unos como otros hacen lo que tiene que hacer, incluso nos parece que lo que hacen... hasta es lo correcto, cuando la verdad es que somos su juguete, disfrutan moviéndonos de un lado a otro según sus intereses.
Estimado ciudadano invisible, enlazando levemente con el texto de "Ejercicio de imaginación" te diré que me siento abochornado por no poder hacer más por estos niños o personas que mueren por falta de agua potable, o por otras circunstancias.
¿Por cierto? ¿Sabes cuánto costó el dispositivo para traer a Otegui a la Audiencia Nacional y dejarlo posteriormente libre? Del orden de 400.000 euros.
Saca tus propias conclusiones, estimado defensor del estado de derecho y de la igualdad entre todas las personas y todos los pueblos del mundo.
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